Las personas rechazan constantemente a los perros agresivos por temor, con la convicción de que nunca cambiarán su conducta violenta. Mongee fue un chow chow que pasó de una familia a otra, especialmente por ser una mascota incomprendida
La gran belleza de Mongee hizo que una familia se interesara en él cuando solo era un cachorro. Sin embargo, conforme fue creciendo, demostró una conducta agresiva y atacó a su dueño en al menos tres oportunidades.
Mongee era un perro hermoso, pero incomprendido por sus problemas de carácter
Temeroso y sin saber exactamente cómo proceder, el propietario del perro decidió abandonarlo. Era un perro especial, así que no tardó en conseguir un nuevo hogar, sin embargo la historia se repitió y Mongee volvió a quedar en las calles luego de su mal comportamiento.
A pesar de que el perro se encontraba en muy malas condiciones debido a su abandono, una tercera persona decidió darle una nueva oportunidad. Mongee también le atacó, pero a diferencia de sus predecesores, este individuo pensó que había otra alternativa para ayudar al chow chow.
Su tercer dueño lo mantenía encadenado, sin valor para aproximarse demasiado a él
Lejos de querer abandonarlo, lo llevó a una escuela canina, no solo para entender por qué era agresivo, también para que recibiera la ayuda que tanto había estado necesitando. Con tolerancia y muchos refuerzos positivos, el perro entendió que los humanos no eran sus enemigos.
Al parecer, temía el maltrato de los hombres y por eso reaccionaba tan mal. Sin embargo, tras recibir algunos bocadillos y aprender a respetar y valorar la presencia de los humanos, Mongee recuperó la calma y se volvió más dócil.
La evolución de Mongee en este video es la prueba de que toda mascota merece una segunda oportunidad
Cuando su dueño regresó para hacerse cargo de él nuevamente, sentía miedo. Temía que su esfuerzo no hubiese servido de nada, pero muy pronto se llevó una grata sorpresa.
El entrenador le demostró que Mongee no solo era capaz de obedecerlo y de seguirlo sin problemas a donde sea que él quisiera ir, también le demostró que el chow chow estaba dispuesto a recibir su afecto sin temores.
Un buen entrenamiento permitió que Mongee cambiara su actitud
Por fin el dueño de Mongee podía acariciarlo sin sentir en él tensión o nerviosismo. El perro estaba dispuesto a recibir su afecto de forma sana y receptiva. Era definitivamente un animal rehabilitado.
Con un poco de paciencia, inteligencia y confianza, este perro recibió la oportunidad por la que tanto había estado esperando. Hasta ese momento había sido imposible bañarlo o acicalarlo, pero las cosas cambiaron.
Finalmente este hermoso perro estaba dispuesto a recibir el afecto de los humanos
Esto nos demuestra que la agresividad de las mascotas no puede ser contrarrestada con más agresión o malos tratos.
El amor, la tolerancia y la comprensión, son las claves para permitir a nuestras mascotas vivir en armonía con sus familiares humanos y con otros semejantes.
Ahora es una mascota completamente rehabilitada
Si tú también crees en la buena voluntad de una mascota y te conmueve la oportunidad que recibió este chow chow para reivindicarse, comparte la noticia entre tus amigos.