Los activistas y defensores de los derechos de los animales no descansan en su lucha por el bienestar de todas las especies, sobre todo de las más vulnerables.
Es muy complaciente saber que, después de tanto esfuerzo durante 11 años, los caballos sometidos a la terrible tradición de tirar las Calandrias, pesados carruajes cargados de turistas, finalmente fueron liberados.
Durante más de 70 años los caballos fueron obligados y forzados a transportar turistas durante horas bajo lluvia y el sol, sin descanso para cumplir con una absurda tradición en México.
Después de una incansable lucha, por fin se puede celebrar con mucha alegría que los caballos de Acapulco, México, sometidos a largas jornadas de trabajo pesado están siendo trasladados a los santuarios.
Por fin estos animales tendrán la vida que tanto merecen y que por años les fue negada.
Las imágenes de este hermoso momento han conmovido a miles de personas en las redes sociales.
Gretta Fuentes de María, fundadora de “No a las Calandrias de Acapulco, queremos bicitaxis”, reveló que este logro es el fruto de un arduo trabajo que durante 11 años han hecho los defensores del bienestar de los animales.
Gretta recordó cómo en noviembre de 2008 un caballo, mal alimentado y enfermo se desplomó tirando una calandria. Sus propietarios trataron de pararlo a golpes en medio de la calle, pero al no lograrlo lo dejaron abandonado.
Gretta y su equipo le brindaron atención veterinaria, pero estaba tan herido que la única solución para evitar su sufrimiento fue ponerlo a dormir para siempre.
Y desde entonces nació el movimiento de “No a las Calandrias de Acapulco, queremos bicitaxis”, para impedir la continuidad de esa actividad comercial y detener los maltratos a los que eran sometidos esos animales.
Crearon una página para documentar el sufrimiento de los caballos, y rápidamente empezaron a recibir evidencias y denuncias.
En 2013 importantes asociaciones realizaron una concentración apoyada por una fuerte campaña digital en las que personas se tomaron fotos con sus mascotas respaldando el cambio.
En abril de 2014, el diputado Alejandro Carabias impulsó la iniciativa para reformar la ley de protección animal y prohibir las corridas de toros, junto al uso de animales de arrastre en zonas pavimentadas.
Aunque la Ley fue aprobada por unanimidad su aplicación se congeló. Lo que llevó a los activistas hacer una petición en change.org con una extraordinaria participación.
Para el año 2016, los caballos tenían que ser retirados con ayuda del gobierno, pero el plazo se cumplió y los caballos seguían trabajando. La respuesta del gobierno siempre era la misma: no había recursos.
En octubre de 2019 la diputada Mariana Guillen consiguió que el Congreso destinara suficiente dinero y se hicieron los censos de caballos, pero los calandrieros se negaron a retirar a los animales.
La tensión generó más presión por parte de la ciudadanía pidiendo que se respetara la ley liderizada por la activista Marlene Cañas, clave en esta lucha, y quien forjó el lazo para que un santuario recibiera a los equinos.
Finalmente, el pasado 10 de marzo la Secretaria de Transporte del estado de Guerrero entregó 41 cuatrimotos a cambio de la liberación de los caballos, y prohibió el uso de estos animales para jalar calandrias.
«Los caballos son libres, el maltrato se terminó. Esta victoria es un logro de todos y cada uno de los que se unieron de una u otra manera a la lucha», destacó Gretta.
A Gretta no le alcanzaron las palabras para agradecer a todos los que de alguna manera contribuyeron a que este sueño se volviera una realidad.
También dio gracias a Elena Larrea de Cuacolandia, el santuario que recibió a todos los caballos.
Comparte este importante logro que el mundo festeja por el amor a los animales. Esperamos que el acuerdo sea respetado tal como se prometió.