Siempre se le atribuye el adjetivo “fiel” a los canes, pero, ¿son fieles o leales? ¿Qué diferencia hay entre ambos adjetivos? Bueno, la fidelidad no tiene por qué implicar emociones o sentimientos y se puede ser fiel por pura obligación.
Por ejemplo, el sol, es fiel. Sale y se esconde cada día a su hora correspondiente cumpliendo con su labor.
Ah, pero, ¿y la lealtad? Bueno, esta cualidad sí que implica emociones y sentimientos, es la que definimos como la acción de adherirse a alguien hasta cumplir su propósito con él. La lealtad no solo empuja a tu perro a estar contigo en las buenas y en las malas, sino que por ella te amará más de lo que tú te amarás nunca.
Hay un dicho en Hollywood, que reza: “nunca permitas que un cachorro sufra en cámara”. Según parece, debe haber algo en lo de que los perros son bastante más parecidos unos de otros de lo que son las personas, por lo que cualquier peludo que vemos en el cine nos puede hacer pensar en el nuestro y eso, los guionistas de cine lo tienen bastante claro.
Historias que desafían esta regla abundan en la gran pantalla, pero, también, son hechos de la vida real. En la ficción, Marley y yo puede que sea la más famosa de todas.
A través de Internet ha comenzado a salir a la luz una historia igual de conmovedora.
Sucedió en la localidad de Pocos de Caldas, Brasil, donde el perrito más noble del mundo acompañó a su humano al hospital, después de que este sufriera un accidente y tuviera que ser ingresado de emergencia.
El animalito, que se resistía a ir solito de regreso a casa, se detuvo dentro del recinto, bajó su pelvis y se sentó a esperar. Varios de los encargados del hospital sacaron sus teléfonos y, emocionados ante la maravillosa muestra de lealtad, grabaron la tierna escena.
“Desde que llegaron ha permanecido allí. Parece un padre preocupado”, comentaron algunos transeúntes.
Pasaron las horas y el can insistía en quedarse a esperar el momento de ver salir a su cuidador sano y salvo del centro médico, para acompañarlo una vez más de regreso a casa.
Los doctores y enfermeros se apiadaron del perrito, optando por llevarle agua y algo de comida. Él la agradeció, pero cuando alguien lo llamó para sugerirle si no prefería esperar adentro, ni se movió.
“Fue increíble. El animal no se movió ni un milímetro, siempre atento y vigilante, como esperando noticias de su amo”, comentaron los empleados del hospital.
Son muchos los comentarios de que los animales no tienen sentimientos ni emociones. No todos estamos de acuerdo con ello, y después de lo que hemos visto en esta historia, ¿aún tienes dudas?
Tu perro te amará el resto de su vida, te demostrará una lealtad indescriptible, sin límites. Sí, tu perro te amará tanto que será capaz de dar su vida por ti. ¿Conoces muchas personas dispuestas a ello?
Comparte esta hermosa historia con tus seres queridos y si tienes un perro, estás de suerte. Llegar a casa y que alguien se vuelva loco de verte, tener a alguien que te caliente los pies en invierno, alguien a quien acurrucar en la cama…, ¿qué más da lo que digan?