Algunos perros o gatos corren con la mala suerte de caminar por autopistas y carreteras, donde pueden sufrir incidentes con consecuencias letales. Algunos de ellos cuentan con la ayuda oportuna y salen ilesos, otros, no tienen tanta suerte.
Stephan fue un perrito que fue hallado en una autopista y no, no fue de los que salió ileso de su incursión por este peligroso lugar.
A pesar de su lesión, el traslado de Stephan fue problemático por su agresividad
Cuando lo encontraron, estaba paralizado del miedo en medio de la vía y era evidente que un vehículo lo había impactado.
Lo más problemático del rescate de Stephan no fue el lugar donde se encontraba o las condiciones físicas en las que fue hallado, lo más problemático fue su agresividad.
El perrito, nervioso, alterado y confundido, la verdad es que no quería que lo tocaran.
Sus rescatistas no sabían si su problema de agresividad era un asunto de conducta o si era algo propiciado por la situación, lo cierto es que trataron de hacer el trabajo lo mejor que pudieron, colocando sobre el hocico del animal un bozal y trasladándolo con sumo cuidado.
Por suerte para Stephan, recibió ayuda justo a tiempo… Mira su historia a continuación:
El perrito era incapaz de moverse solo. Era evidente que era un animal de las calles y necesitaba ayuda veterinaria con urgencia.
Fue trasladado lo antes posible con un especialista y allí descubrieron que el animalito sufría de una conmoción cerebral que requería de cuidados especiales y de un buen tratamiento.
Stephan tenía una conmoción cerebral que requería de atención inmediata
De inmediato difundieron el caso de Stephan en las redes sociales y las donaciones y las ayudas comenzaron a llegar. El perrito recibió el apoyo necesario para que se pusiera en marcha su tratamiento y comenzó a avanzar hacia su recuperación.
Fue difícil, requirió de mucha paciencia, pero como ocurre muchas veces, la voluntad de vivir de Stephan, así como el amor y el compromiso de las personas que se dedicaron a acompañarlo en este viaje hacia una segunda oportunidad de una vida con final feliz, pudo más que los inconvenientes.
Hoy Stephan es un perro muy distinto… ¡Muy distinto! No solo logró superar sus problemas de agresividad, llegando a amar a personas y a otras mascotas, también es un perro completamente nuevo que descubrió la cara bonita de la vida.
¡Hoy, el cachorro de ocho meses está feliz y saludable! Stephan ama a otros perros, gatos y niños, y solo quiere correr y jugar. ¡Todo lo que necesita para completar esta nueva vida es su propio hogar para siempre!
¡Hoy Stephan es un perro saludable y feliz!
Stephan es una de esas mascotas que nos inspiran, por eso, historias como la de este perrito perseverante, pueden cambiar la vida y tocar los corazones de otras personas. ¿No lo crees?