Los perros no ven a su dueño como un simple proveedor de alimentos, sino que se conectan emocional y afectivamente con él, incluso más allá de la vida. Como un perrito en Argentina que no se mueve de la puerta de un hospital esperando que salga su humano, sin saber que eso ya no será posible.
El Último Adiós
Toto es un perro labrador que vive en Argentina, fue adoptado hace seis años por un anciano de 80 años, desde ese día se convirtieron en los mejores amigos.
Lamentablemente, hace una semana el ancianito enfermó y sus familiares lo llevaron al Hospital Pablo Soria de San Salvador de Jujuy. Aun consciente pidió que le llevaran a su amigo peludo para verlo y poder despedirse de él.
Hospital Pablo Soria de San Salvador de Jujuy
Los parientes llevaron al perrito, pero no le permitieron entrar y lo dejaron a las afueras del hospital. Pero el can sigue allí, esperando el regreso de su amigo.
Ha pasado más de una semana, y nada ha cambiado, el perro sigue en la entrada del centro de salud. Lo triste es que no se imaginará que su humano ya murió, y nunca más podrá verlo.
Toto esperando a su humano
El personal que labora en el hospital y los pacientes, comparan la situación de Toto con el caso del Hachiko, el perro japonés que murió en 1935, y que durante diez años esperó en una estación de tren a su humano, quien ya había fallecido.
La historia fue publicada en las redes sociales por parte de una organización de protección de los animales, miles de personas que conocieron del caso se emocionaron y mostraron su interés en adoptarlo.
“Deben llevarlo a su tumba para que así el pobre animalito ya no siga sufriendo”, comentó una usuaria.
Incluso, medios internacionales se interesaron en el caso, y quieren contribuir buscando un hogar para el animal.
Todos quieren ayudar a Toto
Se cuenta que varias familias intentaron adoptar a Toto, pero no logra adaptarse a ningún hogar, pelea incluso con otros animales tratando de escaparse para irse al hospital a seguir esperando a su amigo.
«Parece que cree que su dueño saldrá algún día para llevarlo a casa», dijo una mujer que le presta ayuda frente al hospital.
Fátima Rodríguez, representante de la organización protectora de animales hace la salvedad de que debe ser un sitio cerrado, y que no tengan más animales, porque de lo contrario se saldrá para irse al mismo lugar donde ha estado esperando todo este tiempo.
Toto sigue esperando
También fue revisado por un veterinario quien le encontró un pequeño tumor en una patita, y debe ser operado, también será esterilizado.
Todos los que han tenido contacto con el animalito han comentado que es amigable con las personas que se le acercan y sabe comportarse.
Casos como estos nos confirman que el amor incondicional entre una mascota y su humano es enorme, lo perros son fieles y saben demostrar amor y gratitud como nadie.
La historia de este perrito demuestra que su lealtad no tiene límites, esperamos que pronto consiga el cariño y la protección de una familia para que su corazón encuentre consuelo.