Los perritos son hermosas semillas de amor que se encuentran en todas partes del mundo, por eso, no es casual que en el momento menos inesperado nos encontremos con uno, que sin querer, termina robándose nuestra atención.
Cuando Emily Trost y su novio se detuvieron en una estación de servicio en Montana, nunca se imaginaron que al regresar una perrita estaría en la puerta del auto, como dando una invitación a que le abrieran la puerta de sus corazones.
La perrita solo tenía 7 meses de nacida.
Al salir de la tienda de la estación de servicio, vieron a la perrita sentada al lado del auto, muy cerca de la puerta.
Al principio los jóvenes pensaron que era la mascota de otra persona que también estaba en la estación de servicio, incluso preguntaron en la tienda si era de ellos.
Pero mientras esperaban si alguien aparecía diciendo que les pertenecía, se dieron cuenta del mal estado en que se encontraba, estaba muy sucia, con hojas y algunas espinas en su cuerpo.
La llamaron Montana por el lugar donde la encontraron.
Solo una mujer se acercó y les dijo que ella en ocasiones alimentaba a los perritos callejeros, la pareja comenta que les rogó que se llevaran a la perrita.
Los jóvenes acordaron que al menos deberían trasladarla a un refugio, así que decidieron llevarla con ellos, pero después de pasar unos minutos con la encantadora perrita, se habían dado cuenta que ya les pertenecía.
La perrita disfruta los viajes por carretera.
La pequeña perrita estaba acostumbrada a que la gente la alimentara, pero nadie se había detenido para hacerle un verdadero gesto de amor, así que cuando se montó al auto nunca imaginó que su vida cambiaría para siempre. Emily comenta al respecto:
La mañana después de que la rescatamos fue la mejor. Se despertó en nuestra tienda y comenzó a arrastrarse hasta nuestras cabezas, gimiendo y dándonos besos.
Podríamos decir que estaba realmente sorprendida de que todavía estuviéramos allí con ella y que ningún humano probablemente se hubiera quedado acompañándola durante tanto tiempo”.
Los primeros días desde su rescate la perrita dormía mucho, quizá porque nunca había descansado en una cama suave donde acurrucarse. Con el tiempo empezó a revelar su personalidad feliz y juguetona.
Ahora recibe toneladas de amor y tiene muchos juguetes con los que pasa horas divirtiéndose.
Montana tiene una hermosa familia, es una perrita feliz y agradecida.
La pareja tiene otros perritos en casa y afortunadamente, todos recibieron muy bien a la pequeña Montana, ahora tiene los mejores amigos peludos y una familia que la llena de amor y la hace la perrita más feliz del mundo.
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