Aunque tienen un gran corazón y parece que siempre están llenos de energía, los cariñosos perritos también pierden las esperanzas de vivir y quedan decepcionados de la humanidad al ser objeto de los peores tratos.
Tiene roto el corazón
Tal como sucedió con Bean, un triste perrito bullterrier de solo dos años de edad, que fue rescatado de las calles de Bishop Lavis, Ciudad del Cabo, en Sudáfrica por voluntarios del refugio Sidewalk Specials.
El desafortunado perrito estaba en una condición horrible y devastadora: cubierto de heridas profundas por mordeduras, sufriendo infecciones de sarna y oídos, y también tenía una pierna rota que no se había tratado durante más de un año.
Era obvio por su postura y expresiones que se había rendido, no quería vivir más. Se tumbó en la calle, esperando que un humano fuera lo suficientemente amable como para ayudarlo, pero a medida que pasó el tiempo, comenzó a perder las esperanzas.
Con el paso de los días, sus ojos se llamaron de miles de lagrimas que al secarse comenzaron a cubrir sus ojos con la muestra más evidente de su suplicio. Lo estaba pasando muy mal y parecía que a nadie le importaba.
“Es tan injusto. Cómo puede ser tan mala la gente. Es tan lindo y se ve tan triste. Espero que encuentre un hogar para siempre con personas amorosas que le ayuden a olvidar el dolor que sufrió, para que pueda aprender a confiar de nuevo”, dijo un internauta conmovido.
Cuando el corazón de Bean estaba casi en mil pedazos, fue encontrado por voluntarios de buen corazón que no podían creer su terrible estado y rápidamente corrieron a ayudarlo.
Para ganarse la confianza del perrito, los voluntarios se acercaron lentamente y le proporcionaron comida, hace mucho no era alimentado y, aunque un poco renuente, no pudo resistirse a comerla.
Le colocaron una soga para poder tener un mejor control de la situación. Después lo levantaron con una manta, lo metieron en un automóvil y lo llevaron a la clínica del refugio.
En el refugio recibió tratamiento y fue bañado para librarlo de los años de inmundicia y angustia. El pasado de Bean es desconocido, pero es evidente que fue tratado mal y que nunca se le mostró amor.
A pesar de todo lo que ha pasado, el perrito es extremadamente amigable y ama a los otros perros. Menea la cola a todos los que conoce y está muy agradecido de finalmente estar fuera de las calles.
“Espero que encuentre un buen hogar para siempre, parece un perro tan dulce y amoroso”, comentó un internauta.
Su historia rompe el corazón
Este peludito está listo y ansioso por tener una familia que sí se preocupe por él, y lo llene de amor. Para adoptarlo, o proporcionar información sobre sus antiguos humanos, se puede enviar un email a [email protected]. ¡Nuestros mejores deseos están contigo, Bean!
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