A parte de muchas alegrías, nuestras mascotas pueden darnos algunos sustos por sus travesuras, como el susto que Jade una perrita de tan solo cuatro meses de edad, le dio a su madre Jasmine Williams. En realidad, ella cuida de otros tres cachorros de la misma edad y Jade suele ser la más tranquila. Cuando sus hermanos hacen travesuras ella corre hasta Jasmine, como diciendo “yo no tuve nada que ver”, por eso al ver en el problema en que se había metido todos estaban muy sorprendidos.
Jamine se encontraba trabajando cuando su novio Rayshawn Campbell, la llamó por teléfono y le dijo: “Necesito que vengas, pero por favor no te asustes”.
Una llamada así no podía significar nada bueno por lo que ella insistió para que Rayshawn le dijera que estaba pasando, pero no fue hasta que llegó a casa que pudo ver con sus propios ojos lo que ocurría.
Jade estaba atrapada en uno de los neumáticos del automóvil de Rayshawn.
Ella tuvo que meterse debajo del auto para poder ver el rostro triste y preocupado de su perrita.
Su novio le explicó que Jade se encontraba jugando con un gato y al seguirlo intentó meterse por el neumático de la misma manera que su amiguito, pero quedó atrapada.
Afortunadamente, el jefe de Jasmine comprendió la situación y le dio el resto del día libre para que pudiera buscar una solución.
Lo siguiente era conseguir a alguien que la ayudara, pero eso se convirtió en una tarea realmente difícil.
Fue a la Sociedad Protectora de Animales y le dijeron que era trabajo de la Policía, la Policía le dijo que se comunicara con el 911, quienes a su vez les contestaron que no podían hacer nada por Jade, así que se dirigió a los Bomberos, quienes dijeron que no contaban con las herramientas necesarias para casos como esos.
En ese punto Jasmine estaba completamente desesperaba y comenzó a buscar por Internet a alguien que pudiera ayudarla y lo encontró.
Descubrió que la Blue Pearl Veterinary Clinic atendía casos como esos, al llegar se encontró a Jenny Davis, quien inmediatamente se hizo cargo del caso. Examinó los signos vitales de Jade y todo estaba bien, solo se encontraba muy cansada por el esfuerzo de intentar salir, hasta sus ojitos estaban muy rojos.
Además, su hermanita de camada Freya, también estaba muy cansada nunca se separó de Jade muy preocupada por lo que le ocurría.
Jasmine había intentado sacarla por sus propios medios de manera insatisfactoria. Jenny le administró unos sedantes leves y en cuanto estuvo más calmada, unos 20 minutos después, pudo sacarla sin mucho esfuerzo de su trampa, “todo lo que entre tiene que salir”, acotó la técnico en veterinaria.
El equipo veterinario aseguró que no era la primera vez que se enfrentaban a una situación así, de hecho es algo que pasa con mayor frecuencia de lo que creemos. Por su parte, Jade agradeció a todos los que la ayudaron con un montón de besos y una carita mucho más aliviada. Al regresar a su casa comenzó a correr, saltar y jugar con sus tres hermanos como si nada le hubiese pasado: de hecho tenía tanta energía como siempre, aunque estamos seguros que a partir de ahora evitará los juegos con neumáticos.
Comparte la historia de Jade y si alguna vez te pasa algo parecido, no olvides comunicarte con el centro veterinario más cercano.