Una gatita callejera fue vista maullando ruidosamente en un estacionamiento. Courtney Bailey escuchó sus gritos y la encontró debajo de una farola. La gatita era tan tímida que Courtney tardó un tiempo en acercarse a ella.
«Cuando lo hice, ella dejó de llorar y comenzó a ronronear. Podías sentir cada hueso de su pequeño cuerpecito», Courtney y su esposo creen que la gatita fue abandonada y estaba tan traumatizada que lloró durante su primera comida.
¡Fue una suerte que esta gatita llegara al hogar correcto en el momento indicado!
El gatito tenía un ojo infectado, una pierna lesionada y solo era piel y huesos. Courtney la trajo a casa y pasó toda la noche con ella, dándole líquidos para ayudarla a rehidratarla y alimentándola manualmente, pues no contaba con fuerzas ni para comer.
Al día siguiente, después de recibir hidratación y tomar un medicamento para su ojo enfermo, parecía sentirse un poco mejor.
La felina a la que llamaron Reese recibió un baño muy necesario para eliminar toda la suciedad y la mugre. Estaba tan frágil que Courtney en muchas oportunidades creyó que no sobreviviría, pero no se cansó de luchar.
La presencia de Courtney parecía haberle dado a la gatita un propósito para vivir. Continuó tragando comida a pesar de estar muy débil, luego, un día, se levantó de su cama e incluso intentó caminar.
Courtney supo que no le daría la espalda y que lucharía junto a ella
La gatita hizo grandes avances todos los días, y su ojo y su pata se curaron muy bien. Tan pronto como recuperó su energía, quiso correr y escalar. Comenzó a relacionarse con su nueva familia sintiéndose atraída por algunas cosas de ese hogar y buscando la compañía de sus nuevos humanos.
Reese se convirtió rápidamente en la amiga matutina de Courtney, y juntas desarrollaron una linda rutina.
«Todos los días cuando me levanto, ella se despierta y se estira conmigo. Me sigue al baño después del desayuno y se pone a jugar en el lavabo mientras me preparo para mi día».
Courtney presentó a Reese al resto de la familia. Ella y los otros animales residentes se conectaron al instante. Sir, el gato de esmoquin, tomó a la gatita de inmediato bajo su tutela y se volvió bastante protector con ella.
Comenzó a cuidar a Reese y ni siquiera dejó que el perro se acercara demasiado a ella. «Estaba claro que estos dos serían los mejores amigos de por vida».
Sir, el gato residente, de inmediato la tomó bajo su tutela
Reese no era una gran saltadora debido a su antigua lesión. A medida que se convirtió en un gato adulto, su movilidad también mejoró.
La primera vez que intentó un salto, después de su recuperación, Courtney aplaudió su iniciativa con un gran entusiasmo.
¡No sería la última sorpresa que les daría esta pequeña peluda!
Reese está llena de personalidad, de amor y es juguetona y agradecida.
Nadie creyó que lo lograría, pero como siempre, cada historia de superación nos demuestra que el amor y el deseo de sobrevivir de algunos animales es realmente sobrecogedor.
Ahora Reese es una gata muy, muy distinta y está plenamente feliz
Esta hermosa historia merece ser conocida por otros, no dudes en compartirla con tus amigos.