La pandemia cambió la vida de todas las criaturas en el planeta, pues ahora hasta los animales corren riesgo de contagiarse. Debido a esta situación, un grupo de rescatistas decidieron hacer una hazaña peligrosa para liberar a un grupo de fornidos orangutanes en la isla de Borneo en Indonesia.
Un total de 10 criaturas fueron parte de esta travesía.
La noticia fue dada a conocer hace unas semanas por Jamartin Sihite, director de la Borneo Orangutan Survival Foundation (BOSF), quien explicó que los animales se mantenían en cautiverio tras la posibilidad de contagiarse de COVID-19 durante la liberación.
Pero estos especímenes han visto de nuevo la libertad.
De hecho el asunto no se realizó del modo tradicional, mediante el largo y habitual viaje por mar, sino que los primates sobrevolaron los cielos.
Ya que los orangutanes comparten el 97% de su ADN con los humanos, para los proteccionistas de vida silvestres resultaba muy riesgoso practicar la liberación del modo tradicional.
Nadie quería que las criaturas se contagiaran.
Las orangutanes fueron puestos en libertad el pasado 23 de febrero.
«Durante todo un año, no pudimos liberar orangutanes en su hábitats debido a la pandemia. Hemos aplicado un estricto protocolo de salud y planeamos la implementación de planes. En el caso de una infección de orangután. El uso de un helicóptero ayuda a reducir el riesgo de propagación de COVID-19″, explicó Sihite.
Las criaturas viajaron en jaulas especializadas y se mantuvieron sedadas durante el traslado. A pesar de las medidas, se presentó un momento tenso en el aire cuando uno de los orangutanes forzó un barrote de su jaula, sin embargo, el helicóptero pudo aterrizar sin problema y en el territorio establecido.
Momento de la liberación.
Una vez en tierra, los orangutanes fueron trasladados en bote por río hasta un área forestal protegida de Bukit Batikap, ubicada en la provincia de Kalimantan Central.
Esta liberación había sido prorrogada por la amenaza del COVID-19.
La caza furtiva y la pérdida de su hábitat natural diezmaron la población de orangutanes en Indonesia, por lo cual nadie quiere saber que se contagian del virus.
“Si un orangután muestra signos de dificultad para respirar, es posible que se haya infectado con COVID-19. Y si algún miembro del personal da positivo… intentaremos rastrear qué orangutanes han estado en contacto con ellos «, explica Vivi Dwi Santi, veterinaria que trabaja con la Fundación.
Aunque este traslado significó un mayor esfuerzo físico y económico, los proteccionistas están felices pues al final del día los diez orangutanes se encontraban libres en su hábitat natural. Mientras el mundo se encuentre en plena pandemia, estas personas no se cansan de trabajar para salvar y preservar la vida silvestre.
Estos chicos corren libres en el lugar del que nunca debieron salir, comparte la noticia de esta operación agradeciendo a todo el personal involucrado.