Los galgos son animales hermosos. De figura refinada y estilizada, muchas personas los consideran una raza de lujo, pero detrás de estas mascotas se esconde también una triste realidad.
Esa misma delgadez que los hace tan elegantes, les ha brindado a los galgos la agilidad por la cual se les conoce, considerándolos una de las razas de perro más veloces del mundo.
Arizona, cuando fue atendida por su grave emergencia
Este don ha sido el principal motivo por el cual estos perros, a lo largo de los años, han sido sujetos a malos tratos y explotados, obligándolos a correr en carreras que en numerosos países del mundo son consideradas ilegales.
La mala alimentación, los malos tratos y la cría irresponsable, son algunas de las crueldades que giran en torno a estos animales y María Luján Cuevas, una mujer de Argentina, tuvo la oportunidad de conocer esta verdad de una forma muy lamentable.
En una oportunidad, María Luján se trasladaba con una amiga por una carretera en Argentina, cuando al llegar a una venta de neumáticos se dieron cuenta de que a la orilla de la vía había un animal convaleciente.
Se trataba de un galgo. María no se pudo resistir y decidió brindarle ayuda a ese pobre animalito, sin darse cuenta de que se encontraba en condiciones inimaginables.
Aquí puedes ver la pata entablillada de Arizona
La perrita tenía quemaduras, una pata rota y estaba embarazada. María la trasladó de inmediato a un centro veterinario donde pudiera recibir ayuda y allí se dieron cuenta de que las crías de la mascota habían fallecido dentro de su vientre, provocándole una infección casi mortal.
Por suerte, Arizona (que es el nombre con el que María bautizó a la perrita), pudo sobreponerse.
Arizona, tras su exitosa recuperación
Le fue practicada una cesárea y recibió tratamiento para mejorar las condiciones de su pata lastimada. Con el paso de las semanas, la perrita recuperó su buena salud.
Las cicatrices de sus múltiples quemaduras aún son visibles. María asegura que los galgueros son personas de una crueldad inimaginable, que suelen provocarle quemaduras a los perros para medir la velocidad que pueden alcanzar.
María ayuda a otros perros, además de Arizona
No sólo esto. Algunos galgueros tenían la costumbre de limar los dientes de estos animales para que cuando recuperaran la presa durante las cacerías, no le provocaran daño al animal capturado.
María, que junto a Arizona ha comprendido muy bien la desgracia que recae sobre algunos de estos animales, se ha propuesto crear una fundación para proteger y brindar ayuda a todos los galgos a los que pueda rescatar del maltrato.
La labor de María se ha difundido y ha recibido en su refugio a nuevos galgos, además de otras razas
Además, María se ha tomado la tarea de difundir algunas de las crueldades que giran en torno a esta raza, con el propósito de hacer a las personas conscientes de su realidad.
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