En ocasiones, los criaderos de perros se topan con algunos cachorros que necesitan de mucha ayuda para poder sobrevivir.
Por desgracia, muchos de ellos solo parecen interesados en vender a los perros lo más pronto posible y prefieren deshacerse de aquellos que nacen con algún problema de salud. Este iba a ser el triste destino de una hermosa cachorra que nació con el síndrome del nadador.
El síndrome de nadador suele ser conocido como cachorro plano o tortuga.
Este síndrome se trata de una condición congénita en donde el perrito no puede caminar o siquiera mantenerse de pie. Durante mucho tiempo se ha creído que no existe una cura, pero hay muchas personas que han logrado hacer grandes avances con estos lindos animales. Cuando Willow nació así, todo indicaba que sería sacrificado.
Willow es de la raza conocida como Mastín Napolitano.
Sin embargo, su criador acudió a las redes sociales para saber si alguien quería ayudarlo y este pequeño gesto terminó cambiando su vida para siempre.
Jennifer Williams es la presidenta de 2nd Chances Rescue. En cuanto supo la historia de Willow fue a buscarla ya que tenía miedo de que simplemente se rindieran con él y acabaran con su vida. Una vez que lo tuvo entre sus brazos supo que esta perrita merecería de una segunda oportunidad.
La perrita vive en California, Estados Unidos.
Jennifer contactó a Gina, una especialista en terapia acuscope y juntas decidieron darle a Willow la oportunidad que tanto se merecía para luchar por su vida. Había que actuar lo más pronto posible.
La condición Willow no sólo se estaba convirtiendo en un impedimento para que la pequeña caminara, sino que también estaba volviendo prácticamente imposible que lograra alimentarse.
La terapia acuscope consiste en aplicar microdescargas eléctricas en los nervios y músculos para estimular su regeneración
A lo largo de sus terapias protegieron su pecho y ataron sus patas para que se mantuviesen en la posición correcta.
Al cabo de unos días la hermosa Willow ya había logrado dar sus primeros pasos. En cuanto comenzó a mejorar, Willow comenzó a complementar su tratamiento con hidroterapia.
No hay duda de que la hermosa perrita tiene muchas ganas de vivir y aprovechó al máximo toda la ayuda que recibió de sus rescatistas.
Willow ya tiene ocho meses de edad y puede caminar sin ayuda.
En contra de todos los desalentadores pronósticos, este hermoso mastín napolitano se encuentra disfrutando de una nueva vida llena de amor. Su historia es un importante recordatorio de que todos los perritos merecen una segunda oportunidad para luchar.
No te vayas sin compartir esta historia y difundir los maravillosos avances para tratar a los cachorros con síndrome de nadador.