Es mucho lo que se ha hablado sobre los nefastos efectos de la explosión de Chernóbil pero a menudo olvidamos a cientos de seres vivos que no fueron evacuados en su totalidad y no recibieron la ayuda que tanto necesitaban: los animales.
Tras el accidente nuclear, 48 mil habitantes fueron evacuados y muchos dejaron atrás a sus mascotas.
Durante las siguientes semanas, los oficiales acabaron con la vida de decenas de perros y gatos por considerarlos una peligrosa fuente de radiación pero muchos animales lograron sobrevivir.
Se calcula que actualmente existen entre 600 y 800 perros y gatos deambulando por Chernóbil.
Organizaciones como Clean Futures Fund y Spca International han realizado jornadas de esterilización y han trabajado muy duro para ofrecerles a estos peluditos una mejor vida.
Sin embargo, hay muchas otras especies de se las ha ingeniado para prosperar en medio las peligrosas circunstancias. Actualmente hay osos, bisontes, linces, lobos y caballos de Przewalski.
Estos caballos son considerados en extinción pero de alguna manera han logrado formar una población cada vez mayor.
Esto ha iniciado un curioso debate que ha dejado a muchos reflexionando: ¿La actividad humana causa más daño para los animales que los efectos de la radiación?
“Hemos encontrado además algún indicio de respuestas adaptativas frente a la radiación, como cambios en la coloración de las ranas”, dijo Germán Orizaola en su artículo sobre la fauna de Chernóbil.
Algunas especies han tenido notorios cambios para adaptarse a su ambiente pero han logrado sobrevivir contra todo pronóstico.
Algunas arañas tienen serias dificultades para realizar telas de araña y al lograrlo lo hacen con patrones asimétricos y nunca antes vistos.
“Se ve que es una telaraña desordenada, irregular, con grandes agujeros y sin un patrón claro”, señala un informe de Nat Geo.
Las ranas también han sido unas de las más afectadas. A medida que se encuentran en una zona con mayor radioactividad, su piel se torna más oscura.
Las aves han aumentado sus casos de albinismo y también presentan claras alteraciones genéticas.
Todo parece indicar que los animales más pequeños son los que se ven más afectados por la radiación. Algunos insectos tienen un sistema inmune realmente débil y los parásitos pueden acabar fácilmente con su vida.
A pesar de todo esto, las poblaciones animales continúan y muchos han quedado en shock al sospechar que el daño de los humanos en algunas zonas ha resultado mucho peor que el de la radiación.
Estos estudios son un claro llamado de alerta para reflexionar sobre los efectos de la pesca, la contaminación la caza y la constante reducción de los hábitats naturales de los animales.
Esperamos que los animales que hacen vida en Chernóbil reciban atención veterinaria y muchos cuidados pero lo más importante es valorar la lección que nos han dejado.
La vida de estos animales es una devastadora prueba del terrible daño que los humanos causamos a otras especies en el resto del mundo. ¡Comparte!