Es fácil enamorase de la dulce mirada de un gatito, de sus movimientos ágiles, de su aparente timidez. Verlos en condiciones de calle es muy triste, y quisiéramos llevarlos a casa a todos. Algo así le pasó a un hombre que salió a pasear con su gato, y regresó con dos.
Una pareja que vive en Dinamarca es amante de los gatos, en casa tienen dos; el varón de nombre Gilbert y una hembra llamada Nelly.
Les encanta hacer caminatas con ellos. En uno de sus paseos, Gilbert notó que algo se movía debajo de un arbusto, su curiosidad felina lo llevó a indagar para saber de qué se trataba. Pronto se dieron cuenta de que era una linda gatita atigrada.
«Cuando intentamos mirar debajo del arbusto, ella corrió y encontró otro lugar para esconderse», dijo Missenell, su humana.
La gatita se encontraba asustada y temerosa
Pero, Gilbert no desiste tan fácil cuando algo le interesa, quería conocer a la tímida amiga que lo flechó con sus lindos ojos.
Aprovechó que la minina estaba detrás de una puerta, y con un gesto caballerosamente gatuno, hizo su mejor esfuerzo para darle un beso en la naricita y saludarla.
«Después de eso, ella no lo dejó solo y comenzó a seguirlo. Fue amor a primera vista», agregó Missenell.
Los gatos que viven en la calle suelen ser desconfiados con las personas, porque no están acostumbrados a relacionarse con ellas. Por eso tenía cierto recelo, pero estaba encantada con Gilbert.
La pareja rescató al animalito y la llevaron a casa, pensaban buscarle un hogar, mas no contaban con los planes de Gilbert.
Lo primero que hicieron fue asearla y alimentarla, la gatita estaba contenta, era más sociable. Se notaba el cambio en poco tiempo, y descubrió que le fascinaban los abrazos.
Tenían que ponerle un nombre, decidieron que Nala sería perfecto para ella. Conoció a Nelly, la otra gata de la casa, y los tres amigos la pasaban de lo mejor juntos.
Nala correteaba por todos lados y cuando ronroneaba, Gilbert venia corriendo a su lado. ¡Era un espectáculo verlos jugar!
Nelly se acurrucaba junto a ella, para darle calor, mientras Gilbert cuidaba de que su pequeña estuviera bien. ¿Cómo separarlos?, eran un trio hermoso de pelos.
«A Gilbert le gusta proteger a Nala y enseñarle cómo ser un gato», comentó Missenell.
Nala hoy es muy feliz en su nuevo hogar, en compañía de sus dos hermanos gatos
Nala aprendió a vivir en familia, a dar y recibir amor, todos están encantados, y decidieron dejarla con ellos.
«Ella es una de las criaturas más amorosas del mundo. Es muy cariñosa, juguetona y linda. Le encanta que la abracen, maúlla mucho (maullidos silenciosos)», dijo su humana.
Es divertido ver cuando Gilbert cuida del aseo de Nala, se asegura de que esté siempre limpia y arregladita dándole lamidas de gato. Los tiempos malos pasaron para Nala, ahora tiene una vida como debe ser, y cada día se pone más linda. ¡Bien por ti, peluda!
Ella disfruta de lo lindo jugando con las hojas, no está acostumbrada a los juguetes de gatos por la forma en que vivía. Y de comer, ni se diga, es glotona, quiere devorar toda la comida; cada vez está más grande y pesada, ya casi alcanza el tamaño de sus hermanos. Si quieres saber más sobre estos gatitos puedes seguirlos en sus páginas de Facebook o Instagram: @missenell.
Esta historia es un ejemplo claro de solidaridad felina, amor por el necesitado y dulzura, ojalá muchos humanos pudiéramos entender y copiar un poquito de está familia de humanos y felinos.
Comparte esta enternecedora historia con todos tus amigos y familiares, y recuerda que con amor hasta la bestia más feroz se entrega.