El reino animal no deja de sorprender, y en inteligencia y habilidades los delfines destacan. Por eso el gobierno de los Estados Unidos ha estado entrenándolos en misiones secretas para mantener a su gente a salvo en tiempos de guerra y paz.
Es por todos conocidos las cualidades que hacen de los delfines una especie inteligente, sin mencionar la rapidez y agilidad de su cuerpo. Su tamaño, entre dos y nueve metros los hacen fuertes y hábiles. Saben vivir ante las amenazas de sus depredadores, y la búsqueda de presas.
Con sonidos, danzas y acrobáticos saltos se comunican con su entorno, facilitando su ecolocalización. Conscientes de eso, la Armada de Estados Unidos ha desarrollado desde hace muchas décadas un programa para entrenar delfines y otros animales acuáticos en tareas que los buzos humanos no pueden.
«Sus capacidades de acción son mucho más altas incluso que las del propio hombre», afirmó Ed Budzyna, portavoz del Centro de Sistemas de Guerra Espacial y Naval.
Delfín en entrenamiento
Desde 1950 se inició en San Diego un innovador programa con la finalidad de ubicar y ayudar a desactivar minas, y otros peligros en el mar evitando que destruyan los barcos.
También son útiles para localizar equipos y elementos perdidos de interés de estado, y para ayudar a encontrar buzos enemigos.
Se ha dado a conocer imágenes de seis delfines de la marina de guerra norteamericana, llevados a un lugar secreto donde reciben entrenamiento.
Los encargados aseguran que los cetáceos disfrutan de lo que hacen y su bienestar no está comprometido en ningún momento.
El programa cuenta con ochenta delfines de botella, pero también con 40 leones marinos de California, y algunas ballenas entre ellas varias orcas. Por ello, el nombre es más genérico, se llama Sistema de Mamíferos Marinos Mark 7.
Son trasladados en enormes piscinas en barcos de la armada, hasta la Base Naval de Point Loma, se mantienen en esas piscinas apartados de la bahía. El ejército los cuida, y a veces se prestan a parques de distracción, como el Sea World.
No se ha demostrado malos tratos, incluso algunos al cumplir con el tiempo establecido son liberados, y ellos mismos deciden volver. También se conoce de este tipo de programas en Rusia, desde la época de la Guerra Fría.
Con el creciente desarrollo y uso de la tecnología, a partir de 2017 se han ido retirando los animales para dar paso a los robots de desminado.
“Estos soldados que marcaron lugares con minas durante la guerra del Golfo Pérsico y de Irak, dejarán las filas de la Marina para dar paso a unos agentes de metal y plástico”, dijo el capitán Frank Linkous.
Se trata de un robot militar “Knifefish”, pez cuchillo por su traducción del inglés, un aparato submarino no tripulado en forma de barracuda de siete metros de largo. Tiene como misión salvar vidas, es capaz de buscar minas acuáticas hasta por 16 horas. El robot reduce costos porque no requiere alimentarse, entrenamientos ni cuidados.
Por eso se ha venido reemplazando a los animales y a los humanos con drones en las operaciones militares del Pentágono.
Es maravilloso el aporte de los inteligentes delfines y otros cetáceos para beneficio de la humanidad, pero si son sustituidos por robots mejor aún. Nada mejor que vuelvan a su vida natural, donde deben estar y pertenecen.
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