Hoy en día todos deberíamos saber de qué se trata una fábrica de cachorros, son negocios muy lucrativos donde los propietarios se dedican a generar una gran cantidad de ejemplares de raza para ponerlos en venta. Para que esto ocurra, las hembras son utilizadas como máquinas de parir, una y otra vez las fecundan para que den a luz y en pocos días quitarles a sus cachorros para la venta. Aunque hay fábricas con renombre, la mayoría termina convirtiéndose en un lugar donde la práctica se vuelve inhumana.
Aunque esto puede cambiar según la raza, en promedio, una hembra saludable debería tener máximo tres camadas en su vida.
Pero en los criaderos exceden muchísimo el número de partos saludables, además las alimentan de manera inadecuada y muchas veces hasta son sometidas a cargas hormonales. Esto repercute en la salud de las perritas que viven en esos lugares, muchas veces desarrollan tumores mamarios y enfermedades por el hacinamiento y falta de atención.
Aunque han empezado a crear leyes que penan estas prácticas, aún falta un largo camino que recorrer.
Roo es una hermosa Yorkie Poo, lo que quiere decir que es una mezcla entre Yorkshire Terrier y Poodle, que afortunadamente fue rescatada a tiempo de un criadero de cachorros en Hong Kong. Sin embargo, ella tenía algunos problemas de salud que debían ser tratados más adelante. Lo primero era sacarla de ese lugar.
La llevaron a Vancouver, Canadá, donde consiguió una nueva familia.
A Roo le faltaban algunos dientes, además tenía algunos problemas ortopédicos, pero lo más grave era una infección en su oreja izquierda debido a una etiqueta que le abrocharon en la misma. El veterinario tuvo que tomar la decisión de amputársela, lo que le da un aspecto bastante peculiar.
Pero nada de eso fue un impedimento para que Roo se adaptara a su nueva vida.
Al contrario, ella es muy cariñosa y le encanta que la vistan, que le pongan sombreros y orejas falsas que la hacen lucir graciosa. Sus nuevos padres la llevan de paseo de un lado a otro y ella lo disfruta muchísimo.
Y por si fuera poco tiene un hermano canino con el cual compartir sus aventuras.
Afortunadamente ella cayó en las manos correctas, su familia la adora e incluso han creado una cuenta en Instagram, donde publican todas sus aventuras, llegando a tener más de 13.000 seguidores.
Ella pasó de vivir en un criadero a convertirse en toda una celebridad de la web.
Sin embargo, aprovechamos la oportunidad para hacer eco del daño que pueden causar los criaderos de animales, por el dinero los humanos son capaces de cometer actos muy crueles. Roo hoy está en buenas manos, pero a cambio perdió su orejita. Si sabes de algún lugar donde ocurran cosas irregulares, no dudes en revisar las leyes de tu país y hacer la denuncia para que se cumplan. Afortunadamente, Roo tuvo un final feliz, pero miles de perritas no corren la misma suerte.
Comparte la historia de Roo y no olvides que creando conciencia también ayudamos.