Su nombre es Rex. Él es un valiente perrito que fue abandonado en un estado tan doloroso, que cuando llegó al veterinario casi lo ponen a dormir. Por un momento era esa la única medida que aquellos que intentaban ayudarlo vieron posible, porque de verdad estaba muy demacrado. La vida y las personas valientes que en esos días lo rodearon, combinados con su fuerza, le brindaron una segunda oportunidad en este mundo.
Un perro mestizo con tan solo 18 meses se veía como un esqueleto forrado en piel cuando recién lo encontraron, lo dejaron sin comida durante mucho tiempo… Pobre chico, cómo debió haber sufrido en esos días, ¡qué injusticia! Era tan grave que después de su rescate, al llegar al Harmsworth Animal Hospital de la RSPCA, no parecía haber esperanzas de que mejore. Llegó allí etiquetado como un caso de eutanasia.
Ni siquiera tenía fuerzas para levantar su cabeza, o caminar con sus cuatro patas. De repente, para sorpresa de todos, meneó ligeramente la cola. Esa fue la pista clave para los veterinarios, en ese momento entendieron que Rex era un luchador y que con sus cuidados había esperanza de darle una vida feliz y tranquila… Lo que siempre mereció tener.
Los que lo rescataron, revelaron en una entrevista de TV la forma en la que Rex pudo finalmente recuperarse y encaminarse a buscar un nuevo hogar. No dieron detalles acerca de cómo el perro pudo llegar a ese estado tan precario, fue el inspector Sam Durrant quien lo auxilió y describió cómo él y sus compañeros derramaron lágrimas de tristeza al ver el terrible estado de salud del chico. Es comprensible su reacción, las imágenes son muy duras de ver.
«No podía mantenerse de pie, no podía levantar la cabeza. Verlo por primera vez fue un shock para nosotros, no hay nada en la vida que te prepare para algo así», dijo Sam. El primer examen médico que le hicieron también dejó en shock a la veterinaria Amy Limbert, quien temía que su caso tuviese que obligarlos a practicarle una eutanasia, el desgaste de sus músculos parecía irrecuperable…
«Mi ética como veterinario estaba siendo cuestionada en ese momento porque no sabía qué era lo correcto. Me preocupaban las próximas 24 o 48 horas, no sabía si lo lograríamos», contó Amy. En ese momento Rex dio la señal de que estaba dispuesto a luchar por su vida. «Yo estaba hablándole y empezó a mover su cola, vimos que tenía espíritu de lucha y le dimos una oportunidad«.
Una semana después Rex había aumentado de peso gracias a los esfuerzos del personal de RSPCA y a su valentía. Ahora podemos ver escenas conmovedoras de él como un animal totalmente distinto a aquél chico que llegó desnutrido al hospital. «Es fantástico verlo crecer y reponerse. Ha ganado peso, tiene algo de musculatura, y se pueden notar algunos rasgos de su personalidad«.
«Se ha convertido en un perro totalmente distinto. Parece cobrar más fuerza cada día. Es juguetón, cariñoso, y será la mascota perfecta para alguien«, dijo Amy. Y tiene razón; sin duda, Rex encontrará un gran amigo tan bondadoso y valiente como él, que le dará una familia con la cual compartir el resto de sus días siendo feliz.
Comparte su impresionante historia con todos tus conocidos, quizá alguno quiera adoptarlo 😀