Miguel Galiano es un joven español que no podía dar crédito a las escenas que tuvo que presenciar en el interior de un tren de alta velocidad español (AVE), después de que el revisor cometiera una injusticia contra una mujer.
El tren viajaba desde Barcelona a Málaga, a las 3h50 p.m. del pasado 12 de noviembre
Miguel y todos los pasajeros se indignaron tanto con lo ocurrido, que acudió a Twitter para relatar el incidente, que ha desatado una ola de reacciones en las redes.
La pobre mujer iba con su hijo y su perro, que iba perfectamente comportado (probablemente mejor que cualquiera de los humanos allí presentes, incluido el revisor del tren).
Se trataba de un perrito de raza Bull Terrier que iba dentro de su transportín y con bozal.
Pero de pronto, el interventor del tren obligó a la mujer a bajarse inmediatamente en la siguiente estación nada más descubrir que viajaba un perro, alegando que el transportín no cumplía con las medidas reglamentarias para viajar.
Todo habría empezado cuando la mujer pidió ayuda al revisor del tren porque el transportín donde iba el perrito entraba un poco justo debajo de una mesa de cuatro sillones, y le pidió si lo podía colocar en un sitio mejor para así no molestar a nadie.
«Una de las mayores injusticias que he visto en mi vida», relató Miguel en el hilo de Twitter.
Abro hilo sobre una de las mayores injusticias que he visto
Me subo en Barcelona en un AVE Barcelona-Malaga a las 15:50 @Renfe @Inforenfe @Renfe_SNCF_Es @IndignatsRenfe @RenfeIndignados
Y pasa lo siguiente
— Miguel Galiano (@djgaliano) November 12, 2019
La desesperada mujer, tras recibir el peor trato por parte del insensible y poco empático empleado, trataba de rogarle que la comprendiera. No podía bajarse en la siguiente estación porque tenía el tiempo justo para llegar al aeropuerto y tomar un vuelo hacia Panamá.
Entre lágrimas la mujer pedía un mínimo de comprensión.
Todos los presentes no podían creer en la dureza del hombre y se pusieron del lado de la mujer, que lo único que pidió fue un mejor lugar para su perro en el tren para no molestar.
«Se ve que al interventor no le gustó nada que la gente se pusiera a favor de la mujer y se ha puesto más testarudo aún y de muy malas maneras», continuó Miguel.
La mujer, aconsejada por los pasajeros, llamó a las autoridades de RENFE, la compañía operadora de los trenes de media y larga distancia en España. Y para su suerte, entendieron su razonamiento. Pidieron hablar con el empleado, pero el hombre en medio de su orgullo herido, se resistía a ponerse.
Cuando llegan a la siguiente estación, el personal de seguridad también le da la razón a la mujer, pero increíblemente dicen que no pueden hacer nada, sino que es la Policía la que debe tomar cartas en el asunto.
Los agentes de seguridad toman parte y dicen que el revisor del tren es el que tiene toda la autoridad y le dicen a la mujer que le ofrecen garantizarle que llegue a su destino tras bajarse del tren.
«Mientras tanto, a lo lejos, se veía al señor interventor riéndose con sus compañeros y dándose golpecitos en el pecho».
Finalmente, tras una hora con el tren detenido, la pasajera no ha tenido más que bajarse con su hijo y con el perro mientras todos los pasajeros la consolaban indignados ante todo lo ocurrido.
En resumen algunas veces la gente en su trabajo debería de tener un poco de corazón y sensibilidad ante algunas cosas y no ser tan cabezón y por otro lado se demuestra como mucha gente nos unimos cuando vemos tales injusticias…
Fin de hilo
— Miguel Galiano (@djgaliano) 12 de noviembre de 2019
RENFE actualizó recientemente sus políticas sobre el transporte de perros en sus trenes y son las siguientes:
«Se puede viajar con perros de hasta 10 Kg, cuyo transportín no supere las medidas de 60x35x35. Se admite 1 perro por viajero. También paga su billete, 25% del precio de un billete normal, y eso no le da derecho a asiento ni plaza. Los perros lazarillo viajan gratis en todos los trenes».
Han sido muchos los que han animado a la mujer a denunciar los hechos, mientras han renegado de que haya gente tan insensible y tan dura de corazón. Pero otros reconocen que las normas están para respetarlas. ¿A ti qué te parece? ¡Comparte esta noticia!