Eso de que el perro es el mejor amigo del hombre es una afirmación que, a menudo, se queda corta. Decenas de miles de años avalan la estrecha relación entre los seres humanos y los perros, tan dependiente la una de la otra, pero en la que muchas veces es posible desarrollar un entendimiento mutuo tan inmenso que puede, trascender la muerte.
Son muchas las historias en las que hemos visto increíbles ejemplos de fidelidad de una mascota hacia su humano, pero ninguno se compara a la vida de Hachiko, un extraordinario can que por 9 largos años esperó a su compañero de dos pies en la misma estación de tren y a la misma hora en la que se vieron por última vez.
Él es el verdadero Hachiko
El peludo de la raza japonesa Akita, nacido en 1923, al poco tiempo fue recibido con todo el amor que Hidesaburō Ueno, profesor de agricultura de la Universidad de Tokio, en Shibuya, Japón, era capaz de ofrecerle. Desde el primer momento se volvieron inseparables.
Diariamente, el profesor se dirigía hacia su trabajo en tren, y a la hora de su regreso, Hachiko siempre estaba en la estación, feliz de ser el primero en moverle la cola a su amado compañero.
“El perro era un reloj suizo. Sabía exactamente a qué hora salir de casa con el tiempo suficiente para llegar puntual a la estación y ser el primero en recibir a su humano”, comentó uno de los operadores de la red ferroviaria.
Día tras día, durante 9 años, 9 meses y 15 días, Hachiko volvió a la estación a esperar a su cuidador, sin saber que el hombre nunca más podría llegar a abrazarlo por una sencilla razón: había fallecido.
Una tarde, durante una conferencia en la universidad, el infortunado maestro Ueno sufrió un accidente cerebral y colapsó en plena sala.
Pero la cercanía de este perro con su humano hizo que no faltara a la cita durante los siguientes años que siguieron, precisamente cuando el tren debía llegar a la estación para un reencuentro que no volvería a ocurrir.
La tierna historia fue reseñada por un antiguo alumno de Ueno, quien en uno de sus artículos dio a conocer a Hachiko en todo el mundo. El perrito comenzó a recibir gran cantidad muestras de cariño, comida, y golosinas para consentir a este ejemplo de amor, empatía y entrega, que lamentablemente falleció después a la edad de 11 años.
“La fidelidad de Hachiko se ha convertido en el estandarte del recuerdo y el respeto a la memoria de un ser querido que hoy se valora en todo Japón”, expresó el pupilo de Hidesaburō Ueno.
Ahora historiadores japoneses encontraron nuevos registros del fiel amigo del maestro Ueno y nos muestran un maravilloso acervo perdido de sus fotos, que nos lleva al pasado y hace vivir más que nunca, a pesar del mundo tan colapsado por anti-valores en el que vivimos, su historia de entrega absoluta y amor.
¿Acaso alguna vez te has preguntado por qué algunos perros esperan a sus dueños durante años pese a que estos puedan estar muertos? ¿Qué es lo que provoca que se dé este fenómeno, que no ocurre entre humanos?
Definitivamente, las mascotas muestran una gran aflicción frente a la ausencia de sus humanos. Hachiko nunca perdió la fe en que su amado humano regresaría, y hoy en día hasta se le rinde un tributo a su lealtad.
La estatua de Hachiko en conmemoración a su lealtad
Comparte esta hermosa historia con tus seres queridos y ojalá podamos todos vivir la experiencia de encontrar a un amigo tan fiel como este maravilloso animalito.