Un perro con un profundo instinto paterno se ha ganado la admiración de sus humanos y conocidos al decidir adoptar a una criatura muy distinta a él.
Esta es una historia de amistad y solidaridad en la que las diferencias entre especies pasaron a un segundo plano.
El nombre del perro es Biu Biu, un labrador rescatado de solo 3 años de edad.
El perrito vive en Kandy, Sri Lanka, junto a sus humanos Dora Wei y Nuwan Hemachandraand.
La pareja llegaba de sus vacaciones cuando uno de sus jardineros los sorprendió con una criatura indefensa que había llegado desorientada hasta su casa.
Se trataba de un jabalí con solo días de nacidos y cuyos ojos aún no toleraban la luz solar. En ese momento la mujer y su esposo decidieron hacerse cargo y acudieron al Internet para investigar sobre sus cuidados.
La pareja decidió adoptarlo.
Kandy sospechó que lo habían separado de la madre, así que no quiso dejarlo solo. Pero la mujer jamás imaginó que su perrito también se sumaría a los cuidados y atenciones para el bebé jabalí.
Biu Biu acompañaba a la mujer a la hora de alimentar y bañar al nuevo miembro de la familia, pero además simpatizó de tal manera con él que se encargó de enseñarle a caminar.
El jabalí bautizado como Yezhu dio sus primeros pasos al ritmo de su padre canino.
El perrito y la pareja se encariñaron mucho con la criatura y Kandy confiesa que no sabía ni qué animal era en el momento de adoptarlo.
“Era la primera vez que veía un jabalí. De hecho, primero supuse que era un ciervo, pero luego revisé dos veces la nariz y me di cuenta de lo que era. Estaba tan conmocionada. No sabía qué hacer. No sabíamos si debíamos quedarnos con él o no. Pero no dejaba de llorar. Era una situación de vida o muerte. Si no lo cuidábamos, probablemente moriría”, explicó.
Kandy no pensó en el futuro y le abrió las puertas de su casa como un llamado de su corazón. Lo bueno es que no está sola para cuidar a Yezhu porque su perrito la acompaña en tan bella labor.
“Nuestros corazones se derritieron cuando vimos a Yezhu. Era tan pequeño que queríamos que fuera así para siempre”, explicó.
Además de Biu Biu en la casa hay otros perros, pero solo el labrador se identificó con el jabalí. Para este perrito su papel en el cuidado de Yezhu es importante y por eso no se aparta de su lado.
Aunque ciertamente es la mujer quien se asegura de alimentarlo y bañarlo; por eso para ella fue una fortuna que la criatura llegara a casa justo en tiempos de pandemia.
Gracias a eso, ella contaba con más horas libres para velar de él.
“Afortunadamente, debido a la pandemia, teníamos mucho tiempo libre y sabíamos que no podíamos dejarla porque moriría. Verificamos en línea y pronto descubrimos que no es fácil cuidar a un recién nacido, ya que es posible que no hayan tomado la leche de su madre. Se despertaba cada dos horas llorando por comida”
Durante esos días, hubo que alimentar al jabalí cada dos horas y Kandy se turnaba con su esposo durante las noches pero había alguien que no descansaba y ese era su perrito.
El peludo lo tomaba entre sus patas como si fuese un hijo y por eso a la mujer no le extraña que Yezhu tenga hoy en día el comportamiento de cualquier otro perro.
Solo que este resultó un poco más rechochito y bastante mimado.
“Con Yezhu, tuvimos otro perro. Estaba haciendo todo como ellos. Caminaba a su lado, jugaba con ellos. Se les ve corriendo juntos y siempre quiere estar con ellos. A los 30 minutos de dejar salir a Yezhu de la caja, Ya estaba tratando de meterse en la boca de Biu Biu. Fue tan gracioso”.
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El perrito y el jabalí conviven felices en el hogar de la pareja. Para evitar tantos destrozos dentro, Kandy construyó una casa para ellos en el jardín trasero y a Biu Biu y Yezhu les pareció una excelente idea.
En esta familia se celebra hasta el cumpleaños del integrante más joven, el jabalí.
Estos amiguitos disfrutan de la vida tranquila y al aire libre y tiene un vínculo que nadie podrá quebrar.