Los rescatistas que luchan en pro de la igualdad y el bienestar animal se exponen siempre a las escenas más duras y tristes, pero un caso especial ha tocado los corazones de los voluntarios de Stray Rescue en San Luis, Estados Unidos.
Estos chicos entraron a una casa aparentemente deshabitada y hallaron a una familia de perritos viviendo en el lugar que estaba a punto de desplomarse.
Entre escombros de un edificio con las paredes escarapeladas, lleno de suciedad y roedores, estaban los canes. Como fue lógico los voluntarios supieron que debían sacarlos de inmediato, pero el asunto no se pintaba nada sencillo.
En esta casa en ruinas los animales hallaron un lugar que para ellos era seguro y no confiaban en los humanos, así que sólo querían que los dejaran tranquilos.
El primer perro que los rescatistas descubrieron al entrar era un macho, aparentemente el padre de la familia. Con un poco de comida y después de algunos intentos, los hombres lograron ganarse su confianza y lo atrajeron hasta ellos para finalmente colocarle la correa y rescatarlo.
El animal probablemente se rindió al ver que por fin había llegado el momento que había esperado en mucho tiempo: alguien se estaba preocupando por él.
Tras recorrer la propiedad, uno de los voluntarios encontró a una madre con sus cachorros. Sin comida y notablemente atemorizados, la perrita se puso a la defensiva en busca de proteger a su manada. Esta parte de la familia dio un poco más qué hacer a los rescatistas.
Dos cachorros estaban allí junto a la madre sin ninguna fuente de consuelo, más que un viejo trapo sucio que la perrita usaba para calentarlos.
Los rescatistas sabían que debían sacarlos pero en cada intento por acercarse los cachorros se ponían nerviosos y comenzaban a chillar, lo cual alteraba aún a la protectora madre. Tras tanto insistir, los hombres pudieron acercarse y tomar a uno de los cachorros para ponerlo a salvo en la camioneta.
Al regresar, la madre se había descuidado debido a que uno de los cachorros había corrido al sótano.
De algún modo ese pequeño negro como la brea fue el aliado perfecto para que los rescatistas pudieran hacer su trabajo. Finalmente, todos los cachorros estaban resguardados junto a su padre y la difícil madre terminó por rendirse.
Tras dos horas de rescate, la perrita terminó derrotada por la experiencia pues pese a sus ladridos e intentos por agredir a los voluntarios, estos resguardados con algunas tablas no se dieron por vencido hasta que lograron sacarlos a todos de la casa en ruinas.
Los cachorros rescatados fueron llamados Brad y Randy, mientras que su papá fue bautizado con el nombre de Tim por su personalidad algo tonta y juguetona. Por su parte, la madre ha recibido el nombre de Jill y terminó siendo toda una dulzura con una personalidad muy distante a la que demostró durante el rescate.
Por ahora, Tim fue adoptado y la madre junto a sus cachorros están en un hogar de acogida, mientras esperan a su nueva familia.
Si estos voluntarios hubiesen tirado la toalla el final de esta historia sería diferente. Comparte esta nota y que la experiencia de estos rescatistas ayude a inspirar a otros. ¡Hagamos el cambio entre todos!