La indolencia que algunas personas muestran con otros seres vivos realmente destroza el corazón de cualquiera. En esta ocasión, una familia en Francia mantuvo a su indefensa mascota atada en el exterior de la vivienda, sin ningún tipo de protección, pese al frío que se ha registrados en las últimas semanas.
Por fortuna el equipo de la Fundación 30 Millions d’Amis actuó en el caso.
El 19 de febrero se le puso fin al calvario que vivía Lily, la peluda de 11 años que vivía a las afueras de una propiedad en el municipio de Bobigny en Sena-San Denis. La criatura se encontraba alarmantemente delgada y atada a una estaca.
A su alrededor no había más nada que un hueso seco, sin nada que roer. Apenas los voluntarios de la fundación se acercaron a Lily y le ofrecieron un poco de alimento, esta se abalanzo sobre él desesperada.
Su hambre era notoria.
La peluda pesaba escasos 16 kilogramos, pese a ser una perrita mayor. La negligencia de sus dueños era evidente, así que los rescatistas no dudaron en intervenir.
«Lily estaba en un jardín muy mal cuidado con objetos por todas partes. Era un vertedero. Estaba atada con una correa de menos de un metro de largo.
Vivió en el barro todo el día. No había comida, ni agua. Además, la pobre chica estaba muy delgada», explica Caroline, investigadora de la Fundación.
Indignados por la situación, los rescatistas encararon a los dueños de la perrita, pero estos resultaron ser más “cara dura” de lo que ellos mismos imaginaron.
Las personas intentaron excusarse y alegaron que la perrita no pasaba el día atada, mientras que ante el reclamo por la falta de comida sólo sentenciaron que: “era solo un perro. ¡No hace falta comer ni beber!”, recordó Caroline.
Sus ojitos agradecieron la ayuda.
El momento más conmovedor fue cuando Lily fue alimentada. Por lo general, los perritos rescatados se muestran tímidos y desconfiados ante la presencia de desconocidos y no quieren que se les acerquen ni cuando hay comida de por medio, pero en el caso de Lily fue totalmente diferente.
La perrita les demostró su bondad y gratitud cuando le dieron la comidita, parece que hubiese intuido que todos estaban allí para salvarla.
Los canes siempre agradecen cualquier gesto de cariño.
En el refugio esperan que Lily se recupere pronto y pueda estar lista para ser dada en adopción.
“Es una perra que no tiene resentimiento hacia los seres humanos. Ha estado bebiendo mucha agua desde que llegó. Debe estar sana y recuperar fuerzas antes de disfrutar de la vida que nunca tuvo, enamorada de un nuevo hogar», dice Anne Puggioni, directora del refugio.
Al igual que sus cuidadores, confiamos en que esta perrita esté lista muy pronto para conocer a una hermosa familia. Seguramente los responsables del refugio la darán en adopción a personas de buen corazón.
Como Lily, muchos perritos sufren estos malos tratos, comparte este caso e insta a todos a denunciar cualquier situación en la que se vulneren los derechos de los animales.