La Policía local de la ciudad gallega de Ferrol, en España, junto a voluntarios del refugio de Mougá, han tenido que dedicar toda la tarde a un operativo sin precedentes, en el rescate de 17 perros que fueron hallados en condiciones deplorables.
Los peluditos vivieron hacinados durante años en una vivienda digna de una película de terror
En la vivienda habitaban dos hermanos mayores, un hombre y una mujer, de alrededor de 60 años, presuntamente enfermos psiquiátricos, quienes fueron trasladados a Urgencias del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol para ser evaluados.
Los hechos sucedieron en una casa de la calle Blanco Amor de A Graña, al norte de la provincia de La Coruña, en Galicia.
Fue una protectora de animales, quien tras la insistencia de las denuncias de los vecinos, y después de que el horror que se vivía al interior de esa vivienda fuera conocido por todos, sin que las autoridades hubieran intervenido, decidió llamar a la Policía.
Efectivos de la Policía Local de Ferrol y los voluntarios del refugio encontraron una escena totalmente incomprensible como desgarradora.
Los perritos estaban hacinados y atados con cadenas y correas a las paredes en varias estancias de la vivienda, que estaba en estado de ruina total, con partes del techo desplomadas y otras pendiendo sobre las cabezas.
Todo el escenario era absolutamente dantesco, con la casi veintena de perros en condiciones pésimas, sobre montañas de basura y alrededor de objetos inservibles ocupándolo todo.
En medio de las ruinas, no había ni siquiera un lugar para que los hermanos se sentaran. Los vecinos relatan que dormían debajo de una sombrilla para no mojarse cuando llovía.
Lo peor de todo es que las denuncias por la vida que llevaban, así como por las molestias ocasionadas por los ladridos de los perros, el mal olor y la proliferación de ratas en la zona, venían desde hace más de 10 años.
Los perritos afortunadamente fueron acogidos en el refugio, donde se dispusieron a desparasitarlos, vacunarlos, castrarlos, bañarlos, y alimentarlos. Aunque en ese refugio no tienen muchos recursos y su vida ahí no es de lo mejor.
Muchos se alegraron de que al fin los hermanos, si eran realmente desequilibrados mentales, recibieran la atención profesional para que no ocurran otros hechos semejantes. Sin embargo, al día siguiente, los vecinos se quedaron atónitos al verlos regresar de nuevo a la vivienda.
Al parecer, los médicos no encontraron razones para que estos dos vecinos de A Graña quedaran ingresados y dijeron que poco se puede hacer desde los servicios sociales municipales. Ya que se los suele ver recogiendo comida de los contenedores y sólo una vez pidieron una ayuda social, que en su momento se les concedió.
Nos alegra que los perritos al menos hayan podido cambiar su destino pero es muy desgarrador pensar en qué condiciones vivieron y por cuánto tiempo. Comparte para crear conciencia y hacer un llamado a las autoridades en este caso que ha estremecido a tantos.