Susana Andrés es una admirable rescatista argentina que desde hace muchos años no hace más que salvar a inocentes animales en apuros. Desde perros, cerdos, hasta caballos, han sido las almitas que han tenido la suerte de encontrarse con esta increíble mujer que ha cambiado su destino.
En marzo de 2019, fue alertada de la situación de dos monitos en muy mal estado. Por lo que no dudó en intervenir y llevarlos a su casa.
Se trataba de dos pequeños monos Tití que estaban absolutamente aterrorizados
Poco a poco se ganó su confianza, se encargó de cuidarlos y alimentarlos, como si fuera su madre. Y adecuó un lugar para que se sintieran cómodos y pudieran crecer sanos y felices. Decidió llamarlos Charlotte y Alexander, como los famosos hermanos Caniggia, de un reality show en Argentina
“En ese momento, Alexander tenía aproximadamente un año y medio y Charlotte dos. Me informé y consulté con varios veterinarios sobre sus cuidados. También les armé una jaula de dos metros de largo por 90 de ancho y los ayudé en su recuperación”, cuenta Susana.
Ella sabía que este tipo de monos no se reproducen en cautiverio, por lo que estaba tranquila, y así se podía centrar en su recuperación, ya que haría lo que fuera por ayudarlos a salir adelante porque se trataba de una especie amenazada.
Los monos Tití son mamíferos no tropicales que habitan en América Central y en Sudamérica. La mayoría vive en la selva densa del Amazonas y, aunque su esperanza de vida es de casi 14 años, son considerados animales en peligro de extinción por la constante destrucción de su hábitat.
Pero de pronto, Susana se llevó la sorpresa de su vida. Tras 2 meses de amor y cuidados, Charlotte estaba embarazada. Susana cree que se sentían tan cómodos y seguros que la Naturaleza obró lo suyo.
Charlotte dio a luz 7 preciosos bebés, de los cuales sobrevivieron 5
En vista de lo ocurrido y que la numerosa familia no estaba en sus planes y tampoco contaba con las condiciones adecuadas para todos, entonces decidió llamar a un Centro de Rescate especializado en fauna para que los trasladaran a un área protegida.
Una decisión que le partía el corazón a Susana pero definitivamente era lo mejor. Increíblemente los recién nacidos también empezaron a verla como una madre, mientras que los padres: Charlotte y Alexander, cada vez tenían un vínculo más fuerte con Susana, y no se apartaban de ella ni un solo segundo.
«Aunque los amaba, quería que fueran felices. Siempre supe que era lo mejor… Aprendí mucho de ellos. En el parto, Charlotte me apretaba el dedo de la mano mientras Alexander la socorría. Son muy similares a nosotros. Increíbles seres”, dice Susana.
Pero lo más hermoso incluso fue que la familia de monos no se convirtió sólo en familia de Susana, sino de todo el vecindario. Todos los adoraban.
“Ellos siempre salían al patio, que es bastante grande, y jugaban. A veces se sentaban en el techo a observar a los que viven al lado. Los vecinos les daban comida y los disfrutaban. Siempre fueron bienvenidos en Ballester”, recuerda la mujer.
Así que finalmente, tras 18 meses de su rescate, llegó el momento en que Charlotte, Alexander y los pequeños tendrían que partir a un lugar mejor, dejando a Susana desolada, pero sabiendo que era por su bien. La situación era más triste por la cuarentena, ya que tuvo que resignarse a dejarlos partir sin saber cuándo los volvería a ver.
Susana tuvo la genial idea de empezar a hacer una videollamada semanal con los encargados del santuario para que los monitos la pudieran ver aunque sea por la pantalla, y describe esos momentos como absolutamente únicos y conmovedores.
En el santuario los tratan con especial cuidado y esmero al tratarse de los únicos monos Tití del lugar y de los primeros que no debieron hacer cuarentena para volver a su hábitat. Esto sucedió porque el veterinario que los examinó dijo que estaban excelentemente bien cuidados y alimentados.
“Siempre digo que ellos me rescataron a mí. Son seres hermosos y los extraño mucho. Estoy ansiando que termine la cuarentena para ir a visitarlos. Los cuidadores ya me invitaron. Espero que sean muy felices”, concluye Susana.
No te vayas sin compartir esta hermosa historia del profundo amor de una rescatista que hizo la diferencia al criar a esta familia de monitos como propia. Celebramos que finalmente hayan vuelto a su hábitat, el final feliz que todos los animales merecen.