Quienes aman a sus mascotas saben reconocer el valor de su presencia como un miembro más de la familia. Por eso el momento de perderlas para siempre representa un episodio realmente doloroso, que deja un gran vacío en el corazón.
Tal como le sucedió a Meredith, una niña de 4 años, y a su familia cuando su perrita Abbey, de 14 años, partió al cielo. Después de ofrecerles su lealtad, cariño y amistad por más de una década tuvo que marcharse para siempre.
Abbey era la mejor amiga de Meredith, se habían convertido en compañeras inseparables. La niña se afligió mucho con su fallecimiento, pero se consolaba afirmando que su amiga peluda estaba en el cielo.
El hecho sucedió hace años, pero el testimonio de esta familia de Estados Unidos sigue conmoviendo a miles de personas.
Meredith le preguntó a su mamá si podían hacerle llegar una carta a Dios pidiéndole que pudiera volver a ver a su perrita cuando fuera su turno de subir al cielo.
“Por favor, Dios, ¿puedes cuidar a mi perrita? Murió ayer y está contigo en el cielo, me encantó tenerla a pesar de que se haya enfermado. La echo mucho de menos. Espero que juegues con ella.
Le gusta nadar y jugar con la pelota. Te mando incluso una foto para que veas cómo es mi perra. Un abrazo de Meredith”, dice la emotiva carta.
Días después de haber enviado su mensaje llegó una carta desde “el cielo” a su buzón de correos.
La madre de Meredith recibió un sobre envuelto en oro en su buzón y cuando lo abrió tenía como remitente “el cielo”. No podía creer lo que leía.
“Abbey llegó al cielo segura y contenta. La foto que enviaste fue de gran ayuda porque así pude reconocerla al verla. Abbey ya no está enfermita. Su espíritu está conmigo, al igual que está en tu corazón. A Abbey le encantaba ser tu perrita.
Gracias por esa preciosa carta. Da las gracias a tu mamá que te ayudó a enviármela. ¡Qué maravillosa madre tienes! La elegí especialmente para ti. Te mando mis bendiciones todos los días y recuerda que te quiero mucho. Por cierto, yo soy fácil de encontrar. Estoy donde quiera que haya amor”, así concluía el mensaje.
No ha sido posible saber quién escribió esta carta, pero seguramente fue un gran ser humano que se sensibilizó con el dolor de la niña y supo comprender la importancia que tenía el mensaje para ella en medio de su inocencia.
Además de la carta, en el sobre que recibieron Meredith y su madre proveniente de “el cielo” había un libro titulado “Cuando una mascota muere”.
Esta historia de un amor que va más allá de la vida ha llegado al corazón de muchas personas, no te vayas sin compartirla.