Una pequeña rata llamada Blue, es inseparable de su hermano mayor. De color negro, Nuka es un perro pastor alemán sumamente querendón y bonachón con su querida dientona amante del queso.
Blue, la amorosa rata, y su querido Nuka son realmente felices tomando la siesta juntos.
Y si crees que la relación entre un perro y una rata es disfuncional, créeme que no has visto nada.
Este par de animalitos hermanados, aunque sean tan disímiles entre sí, sencillamente te convencerán de lo contrario.
En medio de la pandemia por coronavirus, una tienda de mascotas se dispuso a encontrar un buen hogar para sus animales.
Fue así como la pequeña rata llegó a casa de Nicole Yates, a la que bautizó como Blue
Al principio, la pequeña estaba un poco decaída y triste. Muchos veían difícil que se adaptara a su nuevo refugio y fuese admitida por Nuka.
Nada más lejos de la realidad, pues, lo cierto es que el can se convirtió inmediatamente en su hermano para siempre.
Nuka, por su parte, siempre se ha caracterizado por ser un perro muy dulce y gentil. Desde pequeño fue entrenado para serlo.
Ello ha permitido que su pequeño hermano no le tema, sino que, muy por el contrario, lo acompañe siempre a tomar la siesta.
Obviamente, Blue no es tonta y sabe cómo sacar el mejor partido de la situación. Se acurruca sobre el pelaje del pastor alemán, como si fuese su cálido nido de sueños.
Ambos se aman con locura, y aunque no son los únicos animales en la casa, ningún otro los hace salir de su zona de confort. Nada los inmuta. Este dúo dinámico sí que sabe compartir su cariño.
Nicole asegura que a Blue no le importa recibir lamidas de Nuka. De hecho, esta es la forma en que ambos se demuestran afecto. La lengua del amoroso perro hermano cubre todo el cuerpo de la diminuta rata.
Por suerte, tanto ellos como las demás mascotas están bien cómodos en casa, jugando tranquilamente.
Ello nos demuestra una vez más que, de la contingencia pueden nacer relaciones muy especiales, que duran para toda la vida.
«Nuestro veterinario dijo, cuando era más joven, que era sabio más allá de sus años, porque generalmente es muy tranquilo y relajado«, dijo Nicole Yates.
Si bien puede parecernos extraño que una rata y un perrito puedan entenderse tan fácilmente, más raro aún es que hayan podido desarrollar un afecto tan grande.
Se mueren el uno por el otro.
La casa donde Nuka fue criado, no solo está llena de pelos, sino también de plumas y escamas.
Ello no ha significado mayores problemas para él, ya que siempre ha amado a todos los animales, grandes o pequeños.
«Hubo esta conexión clara e inmediata entre Blue y Nuka, en comparación con mis otras ratas. Le encanta acurrucarse en el pelaje de Nuka y si dejo a Blue en el suelo correrá a buscarlo«, añadió Yates.
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Cada vez que entra a una habitación junto a un animal, Nuka se acuesta obedientemente. Entonces, una vez que está relajado, Yates le deja jugar a sus anchas con sus demás hermanos queridos.
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Y si Nuka ve que la rata está dormida, no se mueve ni un palmo por miedo a despertar a su mejor amigo roedor.
Blue está tan cómodo con Nuka que, cuando despierta, utiliza el cuerpo de su amado peludo como su propio parque de diversiones.
Realmente, los ojos de un animal tienen el poder de hablar un bello lenguaje, sin importar la especie que sea. Ellos nacen como son, se aceptan y eso es todo. Definitivamente, viven con mayor paz que muchas personas.