Para muchos los perros y gatos son mucho más que una mascota; son un miembro más de la familia que amamos y respetamos como tal. Trigueros del Valle es un pequeño pueblo en Valladolid que tiene un poco más de 300 habitantes y es el primer municipio que aprobó por unanimidad un decreto que defiende los derechos de los perros y gatos. Todo ha sido gracias al apoyo de su alcalde y de los vecinos de la comunidad, que han visto pertinente considerar a los perros y gatos como vecinos no humanos.
Esta decisión ha sido apoyada por numerosos medios internacionales y ha recibido peticiones de información de todas partes del mundo. Todo comenzó con la propuesta de la profesora Mercedes Cano al alcalde Pedro Pérez. ¡Hasta la Casa Blanca se ha interesado por el decreto!
Los perros y gatos del municipio serán considerados vecinos, no ciudadanos. Ellos no tendrán que cumplir obligaciones pero sus dueños sí, tienen que atenderlos y darles la calidad de vida que merecen. Por ninguna circunstancia se aceptará que sean sacrificados, salvo por una razón de peso recomendada por el veterinario, ni tampoco cortarles el rabo o las orejas. El Ayuntamiento pasa a ser tutor de un perro o gato abandonado y se ocupará de su cuidado, comentó Mercedes Cano.
Mariano Valecillo escribió una declaración de derechos con los siguientes 13 artículos que sustentan el decreto y que establece sus bases en los principios de la Declaración de los Derechos de los Animales de Londres, aprobada en 1912. Puedes leer los artículos aquí.
Mariano alega que es un avance importante para crear conciencia del respeto a la vida y la integridad de los animales, reconociendo su valor. Muchos turistas viajan con sus mascotas a conocer este pueblo que queda a unos 250 kilómetros de la ciudad de Madrid. Este pueblo quiere ser un ejemplo para el mundo y para otras localidades que necesitan reforzar las leyes de protección animal. En Trigueros del Valle se quiere y se cuidan a los animales.
Noticias / Sin embargo
Es una excelente noticia, no dejes de compartirla y esperamos que en todo el mundo, a pesar de que no se apruebe un decreto como este, crezca el respeto y se acabe el maltrato animal.