Hay personas que afortunadamente saben reconocer el valor de la vida y la compañía de los perros que nos entregan su corazón y lealtad para siempre. Hillary Barrows es una de ellas, tiene 57 años y es profesora. Ella ha tenido que enfrentar una difícil situación económica, se quedó sin hogar y pasó cuatro meses viviendo en el interior de su coche junto a sus queridos perros Robbie y Cleo.
Hillary decidió ir a Kent, Inglaterra, después de ocho años trabajando como profesora de inglés en toda Europa. Alquiló un alojamiento privado pensando que pronto encontraría trabajo pero lamentablemente no lo logró y a las tres semanas se había quedado sin dinero.
Le ofrecieron alojamiento de emergencia para desamparados pero la condición era que sus perritos Robbie, de ocho años de edad y Cleo, de cinco años de edad, tenían que quedarse fuera.
Ella tajantemente se negó a abandonarlos y prefirió vivir junto a ellos en su Alfa Romeo, su coche desde hace 20 años. “No voy a ninguna parte sin mis perros”, afirmó. Hillary es divorciada, no tiene parientes en Inglaterra, su madre Becky Barrows tiene 89 años y vive en Canadá y el resto de su familia está en Nueva Zelanda.
Robbie y Cleo han sido sus compañeros desde hace mucho tiempo y fueron rescatados durante su estancia en España.
Ella condujo hasta Canterbury porque allí, en el Ejército de Salvación, la han ayudado. Puede alimentar a los perros y hay un baño público cerca. Hay un baño con ducha por 2 libras (3 dólares) que utilizaba una vez por semana. La sociedad protectora de animales RSPCA ha ido a visitar a los perros dos veces y no tienen ningún problema en que vivan en el vehículo.
También comentó que hay un McDonalds abierto las 24 horas al que puede ir a cargar su teléfono y un ordenador portátil para poder continuar buscando trabajo. Ella solo puede pagar una comida cada dos días para que sus perros no se queden sin comer.
Hillary es una mujer muy valiente y comprometida con el cuidado y amor de sus amigos peludos, es admirable lo que hizo. Sigue buscando empleo pero piensa que es muy difícil que alguien considere contratarla sabiendo que vive en un aparcamiento dentro de su coche.
“No puedo pagar un piso porque no tengo cómo pagar un depósito, ni garantía, ni puedo acceder a un crédito porque no he estado en el país durante el tiempo suficiente”.
A pesar de todos los contratiempos, ella ha iniciado el proceso para solicitar ayuda para una vivienda. Ser ciudadana británica le otorga ese derecho pero tiene que esperar tres meses para que sea tomada en cuenta.
“Sólo quiero volver a trabajar, conseguir una casa, un lugar seguro para mis perros”, comentó Hillary agregando que apenas puede dormir, lo máximo que ha logrado dormir por noche son tres horas.
Es una situación muy difícil, esperemos que pronto se resuelva todo. Ella se merece ese empleo que tanto necesita y un hogar para ella y sus dos perros, que son su compañía, su apoyo y su familia.
Comparte esta conmovedora historia con tus amigos, es admirable la fortaleza de esta mujer. El amor verdadero es así, en las buenas y en las malas y para siempre.