Elefanta ciega rescatada agradece que fue aceptada por una nueva manada

Una elefanta ciega rescatada celebra con gratitud que los miembros de una manada la acogieron como si fuera parte de ellos. Una vez más los animales nos dan una lección de amor y solidaridad.

Los animales nunca dejan de sorprendernos, como es el caso de Ploy Tong, una elefanta ciega, que tras su liberación después de vivir en cautiverio, envió sus vibraciones a otros elefantes para que supieran dónde estaba.

Realmente el primer encuentro entre ella y la manada fue un momento conmovedor que siempre será recordado, especialmente esta hembra que fue recibida por su nueva manada.

Estas emotivas imágenes capturadas por el personal de Nature Park, Tailandia reflejan el gran poder que tiene la naturaleza.

La elefanta celebró la bienvenida que recibió de parte de la amorosa manada

elefanta

No pasó mucho tiempo para que los elefantes percibieran las vibraciones de Ploy. La manada llegó al lugar y cada uno de sus integrantes emitió sonidos de una manera afectuosa.

Se estima que Ploy tiene alrededor de 30 años, lamentablemente la experiencia de vida de esta elefanta está enmarcada en largos días de maltrato y esclavitud.

Este pobre animal tenía una vida en cautiverio dentro de un circo antes de ser rescatado por el personal de Save Elephant Foundation. Durante 16 años estuvo cautiva, con la esperanza de recuperar la libertad que jamás debió perder.

Ploy perdió la vista en ambos ojos. Usaba su trompa para olfatear la ruta, que durante 16 años recorrió mientras llevaba a los turistas sobre su espalda en la región de Pattaya, Tailandia.

Su rescate fue posible gracias a que el personal de Save Elephant Foundation se dio cuenta de la lucha de Ploy cuando estaban rescatando a Bua Keaw, otro elefante.

Tras negociar su libertad con el dueño, fue trasladada a Elephant Nature Park, en Chiang Mai, donde tuvo lugar la increíble primera interacción con su nueva manada, el pasado 03 de febrero.

Fue un encuentro mágico que quedará grabado para siempre en la memoria y el corazón de los que fueron testigos de la escena, y también, de todos los que ahora conocemos la historia.

«Ploy Tong es una elefanta más que decidimos rescatar. Había llevado turistas en Tailandia durante 16 años usando su trompa para olfatear la ruta que debería tomar”.

Esta pobre elefanta cumplía largas jornadas de arduo trabajo cada día durante muchos años. Cada mañana antes de salir el sol era ensillada para caminar sin descanso con los turistas sobre ella.

«La vimos trabajando mientras estábamos en el viaje para rescatar a Bua Keaw, y comenzaron las conversaciones con el propietario para liberarla».

Su viaje hacia la libertad comenzó y afortunadamente pudo relacionarse con otros de su especie sin tener la obligación de estar trabajando.

Es muy difícil explicar por qué los seres humanos no entienden el daño que le pueden causar a un animal de la vida silvestre cuando lo tratan de domesticar.

Se anula toda su esencia limitando su vida, no sólo a un espacio físico sino a emociones basadas en castigos.

Detrás de los parques zoológicos, de los circos, de los acuarios, de los paseos sobre elefantes, camellos o en carretas conducidas por caballos, hay una industria cruel. 

Es importante crear consciencia acerca del «entretenimiento» que muchos disfrutan y lo comparten con sus hijos que le cuesta la vida y la libertad a miles de animales que no pueden defenderse.

Ellos son seres vivos que merecen el mismo respeto que nosotros, no hay justificación alguna para transgredir sus derechos. Quienes se lucran a costa del dolor de los animales son personas crueles que no tienen empatía.

Tener un animal de la vida silvestre bajo condiciones que obedecen intereses personales es condenar su vida de una manera muy miserable. ¡Aplaudimos la libertad de Ploy! y agradecemos a quienes hicieron posible su rescate.

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