Sufrir el rechazo de los seres que más quieres no es fácil para ninguna mascota, y por eso un pitbull asustado se negaba a dejar la caja de ciruelas en la que lo encontró la Policía el día que lo rescataron.
Ese diminuto cajón de cartón era el único objeto que el perrito tenía con aroma a su antigua casa, después de salir de allí sabía que no habría vuelta atrás.
El pitbull no entendía por qué nadie había ido a recogerlo de aquella calle fría.
Aunque parezcan unos perros corpulentos y algo gruñones, como otras especies, este can era realmente un bebé dentro de un cuerpo grande.
Aunque a lo lejos se notaba lo descuidado que había estado con su antigua familia, sus huesos se marcaban a sus costados el día en el que unos oficiales lo encontraron y decidieron rescatarlo.
El asustado perrito lloraba, suplicaba a los uniformados para que no lo lastimaran.
Al pitbull lo dejaron dentro de una caja de ciruelas y en el momento en que los oficiales quisieron sacarlo de allí, este se negó.
Ese era el último lazo que lo unía a su antigua familia y el chico no estaba dispuesto a cortarlo. Tenía en su corazón la esperanza de que regresaran por él.
Fue por ese motivo que los policías debieron trasladar al perro dentro de la misma caja para poder ayudarlo. El pitbull fue recibido en un refugio de la oficina de protección animal.
Todo el viaje fue muy extraño para él.
En el refugio todos quedaron conmovidos con la mirada triste del perro. Era un pitbull que había sufrido negligencia y posibles malos tratos, pero aún así parecía dolerle más el hecho de que lo hubiera abandonado.
El animalito solo se acurrucaba en la caja con el terror brillando en sus ojos.
Pero no pasó mucho tiempo para que las atenciones de los empleados del refugio y sus muestras de amor comenzaran a surtir efecto.
El pitbull atemorizado comenzó a salir de su capullo, hasta el punto que se levantó de la caja de ciruelas en la que lo habían rescatado.
Los trabajadores lo alimentaron, después de dar un pequeño recorrido por el lugar y sentirse cómodo en el refugio.
Los chicos sabían que el pitbull había sufrido, pero tenía todas las intenciones de dejar el asunto y comenzar una nueva vida.
Por ese motivo pidieron ayuda a Life Line Animal Projec para encontrarle un hogar a este amiguito.
El pitbull merecía ser feliz, así que su historia fue compartida en las redes sociales y por fortuna las personas fueron bastante receptivas con el caso.
Después de revisar algunos perfiles, los voluntarios dieron con la solicitud de una familia que sabían sería la ideal para este sabueso.
Un mes después de haber sido rescatado por los oficiales, el buen chico había sido adoptado.
El pitbull fue bautizado como Plum y encontró no solo el amor de una humana, sino a un nuevo compañero de aventuras.
Curiosamente, el perrito pasa perfectamente como su hermano biológico, aunque no lo sean, pues guardan un gran parecido.
Aunque al principio los trabajadores del refugio no estuvieron muy seguros del asunto, tras algunos encuentros supieron que los chicos se llevarían de maravilla.
Ahora Plum pasa sus días correteando por el jardín y disfrutando de los cuidados de una familia responsable.
Gracias a los oficiales que se tomaron el tiempo para llevar al pitbull hasta el refugio y a los trabajadores por animarlo y darle aliento hasta que dejara su cajita.
Sin duda que la historia de este perrito refleja lo importante que es el trabajo en conjunto a la hora de hacer el bien.
Esas son las acciones que marcan realmente la diferencia y hacen que el mundo siga valiendo la pena.