A pesar de la constante lucha que llevan los defensores de los animales, todavía hay personas que se aprovechan de perritos inocentes con el único interés de sacarles crías y venderlas.
Esta era la triste vida de una perrita llamada Maisy. Sus anteriores dueños querían que tuviera cachorros, pero cuando vieron que la perrita no lograba quedar embarazada simplemente decidieron olvidarse ella.
“Dijeron que era una pérdida de dinero alimentarla”.
La encerraron en una jaula en donde no tenía contacto con prácticamente ningún humano. Pero esto no fue todo, un par de semanas después pensaron que nadie pagaría nada por ella así que lo mejor era simplemente acabar con su vida.
«Decían que era tan fea que nadie la iba a querer»
Un amigo de la familia se enteró de lo que planeaban hacer y los convenció de llevarla a un refugio. Por fortuna, la linda Maisy logró salvar su vida y ahora sólo era cuestión de encontrar un nuevo hogar.
No muy lejos de allí se encontraba Marise Elbert, una amante de los animales, pasando por uno de los momentos más difíciles de su vida. En el corto período de dos años tuvo que enfrentar la partida de su madre, su padre y su leal mascota. Sin sus seres queridos, Marise se sumió en una gran tristeza.
“Creo que llegó en el momento en el que más lo necesitaba. Me ayudó a recordar que no estoy sola”.
Una amiga de ella no tardó en dar con la solución: Elbert necesitaba alguien que le recordara el lado más bonito de la vida y qué mejor que una linda mascota para eso. Le enviaron una foto y la conmovedora historia de Maisy.
Marise no tardó en comprender que la perrita la necesitaba. La adoptó sin pensarlo dos veces y desde entonces comenzó una linda amistad llena de graciosas conversaciones.
“Hace extraños aullidos cuando está muy feliz o emocionada. Es muy parlanchina y estamos hablando todo el tiempo”.
Una de las cosas más especiales de la linda pitbull es que siempre se encuentra haciendo graciosos aullidos con los que parece hablar una y otra vez con su nueva dueña.
La adorable Maisy no duda en demostrar que se encuentra muy feliz y siempre le da besos y sonidos tiernos a su madre para agradecerle todo lo que ha hecho por ella.
“Es hermosa. Parece un enorme peluche”.
Maisy no sólo se encargó de hacer la vida de Marise mucho más feliz. Se volvió la mejor amiga del gatito de la casa y también da besos a dos grandes caballos con los que adora ir a descansar para tomar la siesta en el establo.
Maisy tiene casi 60 mil seguidores en su cuenta de Instagram.
Tras unos años tan difíciles en su antiguo hogar, la dulce perrita ahora está disfrutando al máximo de su nueva vida.
Comparte esta bonita historia para recordar todo el amor que tienen para dar los lindos perritos como Maisy.