Desde comienzos de la pandemia, la vida en el mundo entero parece haberse detenido. Todo tipo de empresas han tenido que tomar una pausa en sus actividades para ayudar a cumplir con las medidas de aislamiento. Sin embargo, hay perritos y personas con alguna discapacidad que siguen necesitando de toda la ayuda que sea posible.
“Nuestros perritos no sólo son las manos, piernas y orejas de sus compañeros humanos. Son sus mejores amigos y los ayudan a llevar una vida llena de alegría”, dice un portavoz de Canine Companions for Independence.
Canine Companions for Independence es una organización sin fines de lucro que se dedica a entrenar perritos de asistencia para entregarlos de manera gratuita a todo aquel que los necesite. Se trata de una labor maravillosa que ha generado un impacto tremendo en la vida de muchos.
Canine Companions for Independence tiene su sede en Santa Rosa, California.
Lamentablemente, todo su trabajo se ha visto interrumpido durante la pandemia. En medio de tantas limitaciones para los viajes, los perritos de asistencia no podían llegar hasta los hogares en donde los necesitaban o a recibir adiestramiento.
El entrenamiento de los perros de asistencia debe empezar antes de las ocho semanas de vida.
Afortunadamente, varios pilotos decidieron ofrecer su ayuda y se aseguraron de que estos cachorros lleguen a su destino. Están siendo trasladados a varios hogares donde algunos voluntarios se dedican a darles las primeras lecciones y se aseguran de que aprendan a socializar tanto como sea posible.
“Los pilotos nos han salvado. Nos dan su tiempo, sus aviones e incluso su combustible”, dijo Michelle Williams, portavoz de CCI.
La idea es que en estos lugares, los perritos puedan aprender un grupo básico de 30 comandos y así se encuentren preparados para ir a una escuela mucho más especializada. Lo mejor de todo, es que los pilotos la pasan de maravilla con los cachorros. Un voluntario de Sonoma Jet Center, explicó que sus hijas adoran viajar con él y los perritos.
Más de 100 perritos han viajado hacia California, Idaho, Washington y Texas.
Después de un par de viajes, Josh Hochberg no se resistió y decidió que era hora de tener una mascota en casa. Sus niñas han jugado un papel fundamental en toda la labor. Juegan con los perritos durante horas antes del viaje, así que ellos quedan exhaustos y pasan todo el viaje durmiendo plácidamente.
“Ha sido maravilloso. Tanto que decidí adoptar uno de los perritos”, aseguró Josh Hochberg.
Esta es una muestra de más de que siempre podemos encontrar alguna manera para ayudar y seguir haciendo de este mundo un lugar mejor. Gracias al esfuerzo de los pilotos, de los rescatistas y muchos más; la vida de un perrito y de una persona cambiará para siempre.
Los perritos de asistencia llenan de alegría y amor la vida de todo aquel que lo necesite. Es un alivio saber que miles de personas cuentan con su ayuda. ¡Comparte!