PETA le pagará 49.000 dólares a una familia de Virginia, Estados Unidos, después de que demandaran al grupo de defensa animal por sacrificar a su perrita.
El confuso episodio sucedió en el 2014, cuando dos voluntarias de PETA se llevaron a la chihuahua de la familia Zárate y la sometieron a eutanasia en el mismo día.
Wilbert Zárate, el padre de la familia, demandó a PETA no sólo porque se llevaron a su perra, Maya, sino porque la mataron alegando que seguían las normas, cuando no fue de esa forma. No respetaron el período de 5 días de espera para practicar la eutanasia.
Las voluntarias de PETA, acudieron a la vecindad ante un llamado que aseguraba que 6 perros callejeros estaban rondando la zona. Y con esos perros también se llevaron a Maya, a la que consideraban que estaba «mal atendida».
Las cámaras de seguridad muestran cuando se llevan a Maya.
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Maya había sido el regalo de cumpleaños para Cyntia Zarate, la hija de nueve años de la familia. PETA decidió saltarse la normativa que exige un mínimo de cinco días de espera antes de sacrificar a un animal y le practicó la eutanasia al instante. Las autoridades les multaron con una irrisoria suma de 500 dólares.
Pero ahora PETA deberá pagar la indemnización por la muerte de Maya y, desde la organización reconocieron que fue “una terrible equivocación”.
El padre de la familia pedía 7 millones de dólares, pero el Tribunal sólo accedió a 49.000. Además, asegura que PETA actuó deliberadamente de esa forma, ya que están en contra de tener mascotas a las que consideran «que poseer mascotas es una forma de esclavitud involuntaria».
Además de la indemnización, PETA deberá donar al refugio Virginia Beach SPCA en honor a Maya.
Wilber Zárate, protestando por la muerte de la perra de la familia.
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El grupo considera que los animales que llegan a los refugios que no son sacrificados, sufren a menudo rechazos y, por lo tanto, terminan muriendo en condiciones crueles en otros lugares.
“No le daremos nunca la espalda a los animales rechazados, sin amor y sin hogar, aunque lo mejor que podamos ofrecerles es una liberación indolora de un mundo que no tiene suficiente corazón ni hogares con espacio para ellos», dice un blog de PETA, donde explican su política de eutanasia.
«PETA quiere disculparse una vez más y expresar su arrepentimiento a la familia Zarate por la pérdida de su perra Maya. El señor Zarate sabe que se trató de un terrible error por parte de PETA y que los individuos implicados lo hicieron sin ninguna mala voluntad hacia la familia Zárate», expresaron ambas partes en una declaración conjunta.
Cyntia junto a su perrita, Maya, antes que fuera sacrificada por PETA.
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Aunque la organización asegura que ayuda a 25.000 animales cada año, en 2016 PETA sacrificó a 1400 de cada 2000 animales que había en sus refugios.
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