Dentro del mar encontramos criaturas fascinantes, la diversidad de sus habitantes va desde el animal más diminuto hasta el más enorme de todo el mundo y cuando hablamos del más enorme no nos referimos a otro que no sea la ballena.
Esta especie es reconocida como «los gigantes de nuestro planeta», sus dimensiones son impresionantes y su belleza es majestuosa, pocos podrían creer que algo pudiera hacerle daño a esta criatura con su gran tamaño y fuerza.
Pero a pesar de eso, son afectados por algunos depredadores y son lastimados millones de veces por el ser más destructor de la naturaleza: el ser humano.
Una vez más, la raza humana causa estragos y afecta la vida animal, el 11 de agosto en Killarney Point, Sydney, Australia, dos pescadores Ivan Iskenderian y Michael Riggio estaban de camino a casa en su barco tras culminar un viaje de pesca.
Mientras emprendían su camino a casa, se toparon con una ballena que asomaba su cabeza encima del agua y movía sus aletas para ellos, esto les pareció muy divertido a ambos, quienes pensaron que solo se trataba de una muy amistosa ballena que quería saludarlos y llamar su atención.
Tristemente, esta vez no se trataba de un caso de amabilidad de parte de la ballena; que era lo que creían, pero después de unos minutos haciendo lo mismo los pescadores notaron que algo no iba bien.
Pudieron ver que la ballena tenía algo que sobresalía de su boca.Tras observar detenidamente se percataron de que se trataba de basura, era una enorme bolsa negra acompañada de un alambre, presumieron que formaba parte de una caña de pescar que obstruía su boca.
Ivan Iskenderian estaba horrorizado, él no podía entender cómo cosas como estas sucedían por lo que decidió tener un acto de valentía para ayudar a esta ballena en apuros. Así que se acercó a ella y delicadamente procedió a apartar tanto la bolsa de basura como el alambre de la boca de la ballena.
En el video podemos observar cómo estos valientes pescadores le brindaron un poco de apoyo a esta hermosa criatura, quien a pesar de ser tan enorme e imponente es muy vulnerable ante este tipo de situaciones.
Ella necesitaba ayuda, y apareció en el momento justo.
En cuanto los pescadores pudieron despegar la chatarra de la boca de la ballena, ella cambió su comportamiento por completo. Se veía muy feliz y agradecida, salpicándoles un poco de agua como retribución a sus salvadores antes de sumergirse y alejarse.
Definitivamente el gesto de gratitud de esta ballena, cambió la vida de estos amigos para quienes la experiencia de pescar ya no volverá a ser la misma. Una de las lecciones que aprendemos de esta historia es la necesidad de crear consciencia acerca de las fatales consecuencias que causan los desperdicios en el mar.
Preservar a nuestras especies es compromiso y responsabilidad de todos, comparte este rescate con tus amigos.