Los perros abandonados que se encuentran en la calle o en refugios muchas veces son considerados inferiores, o pasan desapercibidos, pero para personas como las que llevan esta organización en Portland, Maine, ocurre todo lo contrario. Ellos aprendieron a valorar y a enseñarle a otros el valor que tienen los animales que han recibido una segunda oportunidad, de la cual en muchos casos ellos son los responsables. Los perros son sumamente inteligentes, pero además de eso, tienen capacidades que cada día pueden sorprendernos…
Eso es lo que ocurre a diario en K9s on The Front Line, una organización sin fines de lucro, cuya misión principal es emparejar a veteranos de guerra que sufren de estrés post-traumático, con perros especialmente entrenados para ayudar. Cada veterano debe atravesar un régimen de entrenamiento que dura 16 semanas, el programa se cumple junto al perro que le hayan designado, y ese compañero canino está certificado para asistirlo en cualquier situación irregular que surja.
«Cualquiera que tenga un perro sabe cuánto poder curador tienen los caninos. Ellos tienen la capacidad de absorber las emociones negativas», dijo Linda Murray, vicepresidenta y directora de desarrollo en K9s on The Front Line. En efecto, los perros, además de absorber esas emociones negativas de las que habla Linda, son capaces de transformar eso en otra energía provechosa que nos permite arrojar lo malo y aprender a lidiar con los sentimientos.
Dependiendo del tipo de estrés post-traumático con el que hayan diagnosticado a cada veterano, cada perro es entrenado según la orientación necesaria. La ayuda es especializada y gratificante para ambas partes. Por ejemplo, conocemos el caso de Kim Powers-Candelmo, quien se pone nerviosa cuando hay personas detrás de ella, así que su perro Boss está entrenado para formar un bloqueo entre ella y los otros.
«Me siento muy incómoda cuando hay personas paradas detrás de mí, así que cuando me pasa le digo ‘cúbreme’y él automáticamente se pone detrás mío para establecer una barrera entre la persona y yo. Me ayuda a mantener distancia», contó Kim. Este es uno de los tantos casos que demuestra que, a pesar de que técnicamente los veteranos están rescatando a los perros del refugio, ellos devuelven el favor prácticamente devolviéndoles la vida que una vez disfrutaron… ¡Es hermoso!
Esta es una gran iniciativa que ha impactado muchas vidas de forma positiva, es gratificante saber que existen organizaciones con personas dedicadas a devolverles la felicidad tanto a humanos como a perros. La situación es ganar-ganar. Cada historia como esta le roba el corazón a cualquiera.
Comparte esta bonita información con todos tus conocidos, quizá muchos necesitan ayuda y no saben dónde buscarla, esta es una señal de cuánto pueden hacernos felices los animales.