Una mujer está emocionando a miles de amantes de los animales por su gesto con perritos hambrientos y enfermos, que viven en un cementerio de Filipinas.
Algunos lugares nos dejan impresionados por sus colores y belleza, tienen una tranquilidad que sencillamente nos transporta a otra dimensión. Pero también existen lugares que lejos de impresionarnos por ser un paraíso terrenal, nos llena el alma de preocupación y angustia al ver desolación, hambre y dolor.
Una mujer dedica su vida a cuidar perritos hambrientos y enfermitos que viven en un cementerio
Es el caso del cementerio de Sarhento Mariano, en Manila, Filipinas. En este lugar no sólo están los cuerpos de aquellos que han partido a otra dimensión, habitan también familias pobres usando las piedras de los mausoleos como techos y paredes para resguardarse de los rayos del sol.
Como si fuera poco para nuestro asombro, estas familias de bajos recursos no están solas, las acompañan cerca de 150 perros.
Es increíble ver cómo pueden considerar a este lugar como un sitio para vivir.
Estos perros están oprimidos, desesperados por el hambre y tienen enfermedades. Muchos de ellos padecen una condición llamada sarna sarcóptica, que poco a poco les deja la piel expuesta porque van perdiendo el pelo.
Ashley Fruno, fundadora del grupo de rescate local Pasay Pups, cuando descubrió este lugar hace un par de años quedó muy impactada ante las imágenes que percibía.
No encontró como describir la situación, era algo como salido de una película de terror.
Ashley y su grupo de voluntarios no escatiman esfuerzos para poder dar un poco de alegría a estos perros que viven arropados por días de sufrimiento.
Esta noble mujer todos los días antes de que el sol salga y el calor se vuelva insoportable, toma a los perros para ir a pasear.
Este es un lugar muy cálido, comentan que si alguna vez una brisa sopla en el cementerio Sarhento Mariano, lo más probable es que sea por el movimiento de las colas de los perros que están saludando cuando llega este ángel.
Los perros vienen a su encuentro corriendo, salen de debajo de los monumentos de piedras, saltando con inmensa alegría.
Ellos saben que van a encontrar comida, chequeo médico y ese cariño que tanto necesitan.
¡Cuánta ternura encuentran en este personal que definitivamente los ama desde lo más profundo de su corazón!
Gracias a este grupo de voluntarios que trabajan en el refugio local, existe un programa de esterilización y castración.
La atención que reciben estos perros ha ayudado a que muchos de ellos ya tengan una piel regenerada.
La misión de Ashley no termina con esos perros, muchos de ellos con animales domésticos que son reclamados por familias que viven junto a ellos.
Ashley explica que en Filipinas, el concepto de propiedad que se aplica a los perros es como muy amplia. No se regula ni exige responsabilidad sobre la mascota.
El dueño puede darle a su perro comida una vez a la semana y que esta mascota viva alrededor de la casa. La mayoría de estos animales están libres y pasean por la calle tratando de buscar comida.
Ashley piensa que la mejor manera de poder ayudar es creando conciencia en la comunidad reforzando los esfuerzos en las personas más jóvenes.
Se debe involucrar a los niños, ellos son los más propensos a aprender y partiendo de este aprendizaje es más fácil llegar a los padres o adultos.
Es por ello que todo el personal voluntario del refugio Pasay Pups trabaja para educar a la comunidad sobre cómo cuidar a los perros.
Aplaudimos la labor de esta gran mujer y a su equipo, sin lugar a dudas el corazón y el amor que tienen por estos animales es desbordante.
Si quieres dar un aporte para colaborar con este trabajo que realiza Pasay Pups y que esta familia de amigos caninos tenga una vida mejor, puedes hacer clic aquí.
Es realmente importante ayudar a crear conciencia en cuanto al trato y las responsabilidades que tenemos con nuestras mascotas, son seres que sienten, padecen y merecen amor y cuidado.