Al igual que las personas, las mascotas también envejecen. Esos compañeros perrunos o gatunos no conservarán su jovialidad toda la vida y al llegar a cierta edad, es cuando más necesitan de nosotros.
Dependiendo de la raza del animal, un perro de 8 o 10 años ya requiere cuidados médicos, atenciones y una alimentación especial que muchas familias no pueden o no están dispuestas a darles.
Todo comenzó con la llegada de Shep a la vida de Russell
Es entonces cuando comienzan los problemas para estos animalitos. Muchos envejecen en albergues, a la espera de un hogar que nunca llegará, otros son dejados en las calles.
Russell Clothier se hizo consciente de esta triste realidad cuando conoció en Missouri a Shep, una perrita beagle de 10 años de edad que había sido dejada a su suerte.
Este hombre se propuso dar hogar a todos esos perros abandonados en su vejez
Decidió hacerse cargo de ella, pero pronto comprendió que era una constante que mascotas similares quedaran sin hogar.
Entonces Russell fundó Sheps Place, un santuario especialmente diseñado para perros senior que ya no tienen la oportunidad de salir de los albergues, son sacrificados o son dejados de lado por sus familias originales.
Aquí puedes ver la feliz llegada de Arlo a Sheps Place
El santuario de Russell cuenta con amplios espacios para que los perros puedan sentirse en libertad, jaulas cómodas y bien abrigadas y todo lo que se necesita para que los perritos que van a parar a Sheps Place disfruten de un hogar maravilloso.
De hecho, Russell estableció un programa voluntario con los albergues locales para recoger en ellos a esos perros que alcanzan la edad dorada. Es entonces cuando son trasladados a Sheps Place y pueden vivir felices y tranquilos sus últimos años.
Sheps Place da comodidad a decenas de perros
En Sheps Place puedes encontrar perros de muchas características. Algunos de ellos gozan de muy buena salud a pesar de sus años, otros tienen algunas lesiones, propias de sus años de vida en las calles.
Sin embargo, sin importar su condición y su procedencia, Russell se encarga de que todos los animales que llegan a este lugar reciban el amor, las atenciones y la oportunidad que se merecen de ser feliz, aunque sea hacia los últimos años de su vida.
El pequeños Jameson es uno de los residentes
La tarea de Russell no ha sido sencilla. Las instalaciones de su santuario tuvieron que ser sometidas a remodelaciones, en algunos casos gracias a la contribución de algunas de las personas que saben de su labor.
Por fortuna, tras los inconvenientes del año pasado, el santuario está operando al máximo.
Peter parece muy feliz de estar en este maravilloso lugar
Shep, la beagle con la que inició este proyecto tan loable, ya tiene a muchos otros compañeros caninos con quienes pasar estos apacibles años de vejez.
Uno de ellos es Arlo, un adorable boxer que fue ingresado en Sheps Place hace solo unas semanas.
Todos tienen una segunda oportunidad en Sheps Place
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