Los perros son los seres más puros e inocentes, capaces de sacarnos la mejor sonrisa hasta en la situación más inesperada.
Tal como sucedió con este adorable vecino de cuatro patas, que decidió ir a misa en una iglesia de Brasil. Pero pocos podían imaginar las escenas que protagonizarían perrito y sacerdote, y ya han dado la vuelta al mundo.
El suceso tuvo lugar en la Parroquia de Nossa Senhora das Dores («Nuestra Señora de los Dolores»).
Para suerte del perrito, que se llama Herman, el sacerdote es un hombre compasivo que acepta animales en su iglesia.
Pronto, la importante celebración del pasado 2 de junio, durante la misa de la Ascensión del Señor, quedó eclipsada por la presencia del divertido perrito que sólo suplicaba un poco de cariño.
Una cola en movimiento que imploraba a gritos unas caricias fue el centro de atención.
El padre José Geraldo Sobreira, en contra de lo que muchos pensaron, en lugar de ahuyentarlo de la celebración, no tuvo medio problema con responder generosamente a los mimos de Herman.
No pudo evitar reírse y a pesar de la solemnidad que envolvía a la ceremonia, una gran sonrisa se esbozó en su rostro, conmoviendo a los presentes.
Muchos catalogaron las escenas como algo mágico y divino, y Sobreira se ha ganado el aprecio y admiración de muchos que dicen que «se conoce el corazón de un hombre por la forma en que trata a los animales».
María Amelia de Oliveira Neves, de 77 años, una mujer que frecuenta la parroquia, relató ue vio al perro entrar confiadamente, como si estuviera en casa y el sacerdote fuera su viejo amigo.
«Y después de todo, esto es cierto, ya que es también una creación de Dios. En la casa de Dios somos todos sus hijos», dijo la mujer.
Otros testigos vieron el momento en que el desatado perrito, que tenía collar, se había subido al altar, y en segundos dejó toallas tiradas, los arreglos florales destruidos, y un largo etcétera. Pero para asombro de todos, el buen sacerdote le permitió quedarse en la casa de Dios.
Y en cuestión de segundos, acudió al regazo del clérigo como quien buscara conseguir el perdón por su travesura. No dejaba de llenarlo de lametazos y morder su estola.
Herman encontró su mejor acariciador en la casa de Dios.
Poco después del suceso, se supo que el perrito pertenecía a un vecino del barrio, que al encontrar la puerta abierta se había escapado de su hogar.
«Una persona que estaba presente en la misa tomó al perro y, cuando descendía la avenida del Contorno, un transeúnte lo reconoció. Al ser devuelto, supimos que era de una señora que tiene Alzheimer. Luego su hija lo reconoció y agradeció», cuenta Matheus Lemos, la persona encargada de comunicaciones de la Parroquia.
Otra feligrés relató que el cura parece ya tener fama de ser un amante de los animales, el pasado 24 de diciembre otro perrito irrumpió en una misa, y tras ser bautizado como Johny, una monja lo adoptó.
El video se ha vuelto viral en las redes, acumulando más de 10.000 comentarios en línea y casi 7 millones de reproducciones:
Publiée par Paróquia Nossa Senhora das Dores sur Dimanche 2 juin 2019
«Bienaventurados los puros de corazón», escribió un usuario haciendo alusión lógicamente al adorable visitante de cuatro patas.
«Ese perro era el alma más pura en esa iglesia». «Ese fue el mejor sermón de aquel hermoso día». «Este sacerdote usó este visitante especial para hablar sobre el amor de Dios por todas las criaturas». «Qué hombre de Dios tan ejemplar», fueron algunos de los comentarios.
No te vayas sin compartir estas escenas para que el mundo aprenda que convivir con perritos dándoles todo el cariño que merecen es posible.