Un pequeño y adorable perrito llamado Snoopy tuvo una experiencia aterradora al perder una de sus patas.
El pobre Jack Russel cruzado con salchicha de 2 años de edad sufrió un grave accidente de auto, fue arrollado por un conductor descuidado.
Snoopy resultó herido de gravedad, los doctores intentaron con todas sus habilidades salvar su pequeña patica, pero fue imposible lograr reconstruirla; la amputación era la única forma de salvar su vida.
Para Snoopy la vida dió un giro tremendo, solo, sin hogar y ahora discapacitado, su futuro no se veía muy brillante.
Pero el destino estaba a punto de sonreír al tierno animal, justo cuando lo preparaban para ser dormido para siempre.
Kristi Pardo, una maestra de escuela, lo conoció en el refugio y se enamoró perdidamente de su jovial actitud.
A pesar de haber perdido la pata, Snoopy era una pequeña y alegre bolita de energía. Y lo que no sabía era que lo mejor estaba por venir.
Los alumnos de esa maestra que se acababa de convertir en su mamá humana, estaban a punto de volver a cambiar su vida de la forma más maravillosa posible.
Este grupo de niños de edad escolar hicieron uso de toda su creatividad y su ingenio para diseñar y fabricar una prótesis para el perrito de 3 patas.
Este grupo de chicos ingeniaron una pata y luego la llevaron a la realidad con una impresora 3D.
La escuela primaria Sebastian tiene un maravilloso programa integrado de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas dirigido por Jessica Brown.
Ellas juntas tuvieron la maravillosa idea de plantear un problema real: ¿Cómo mejorar la calidad de vida del perrito de tres patas que todos amaban?
Los chicos realizaron su proyecto tratando de mejorar la situación de Snoopy.
A través de la tecnología de impresión 3D, cada vez más y más cachorros y personas, pueden tener acceso a prótesis que simulan la forma y el movimiento del miembro perdido.
Los niños diseñaron las prótesis con las medidas específicas y las necesidades de Snoopy en mente.
Ellos investigaron de forma individual y trabajaron en equipos, los estudiantes determinaron los mejores materiales y comenzaron a dibujar bosquejos.
Representantes del grupo de innovación Northrup Grumman’s les asesoraron con cada uno de sus proyectos, solo el mejor será el elegido para el prototipo final.
Ellos aprendieron a usar Tinkercad, un programa de diseño 3D que permite que su proyecto se vea muy impresionante.
El día de la presentación final, ellos pudieron presentar sus ideas frente a Snoopy quien se veía super contento con ellas.
Estos no eran proyectos de cajas de cartón, el joven Henry Benoit explica cómo él y su compañero Hyde Kenney diseñaron un prototipo con una rueda que se uniría a un arnés con una abrazadera.
«Observamos cómo Snoopy se movía, notamos que le faltaba parte de su omóplato también, por eso teníamos que buscar la forma de que la prótesis se quedara en su lugar.»
Sabíamos que tenía que medir aproximadamente 15 de diámetro y 25 cm de alto para sostener al perrito de casi 10 kgs.
Otro de los equipos, liderado por el joven Justin Bailey, decidió enfocarse en una prótesis que simulara el tobillo para que actuara como resorte y absorbiera el impacto al correr.
Ellos también incluyeron dos ruedas para ayudar a balancear el peso y un acolchado en el arnés para prevenir la fricción contra la piel del perrito.
Los 3 mejores diseños serán los que se lleven al proceso de manufactura y un veterinario calificado decidirá cuál es el más correcto para Snoopy.
Para los niños este tipo de aprendizaje parece más bien diversión, pero realmente los profesores logran entrelazar todas la áreas de conocimiento en este tipo de proyectos.
Qué maravilloso trabajo por parte de los maestros, la escuela y sobre todo los chicos, quienes pueden divertirse y ayudar a un animal necesitado a la misma vez.
Esperamos ver más iniciativas de este tipo en las escuelas.
Si te ha encantado esta grandiosa idea compártela, tal vez el maestro de tu hijo o sobrinos esté buscando una inspiración para su nuevo proyecto escolar y un animalito podría ser beneficiado.