Durante una caminata a principios de enero, a un lado del río Sucker, cerca del Lago Superior, un Golden Retriver de 3 años llamado Kenia, vio algo inusual y comenzó a ladrar.
Su dueño Kerrie Burns, dándose cuenta de lo que hacía Kenia, fue a ver. Al acercarse vio a un águila calva en el suelo. Junto con su amiga Pam Weber, se acercaron y se dieron cuenta de que el águila no podía volar. Burns le dijo a los medios que Kenia no estaba entrenada para perseguir a los animales salvajes, solo estaba entrenada para alertar.
Al no poder volar, el águila se movía dando pequeños saltos en la orilla del río. Como ya se estaba haciendo de noche, Burns, Pam y Kenia decidieron no intentar ayudar al águila ya que la podrían asustar, y mejor decidieron regresar al día siguiente con ayuda.
Al siguiente día, la locación del águila era un poco misteriosa, pero por suerte había dejado un rastro para poderla encontrar….
….Y ese rastro los dirigió justo donde estaba el águila
Dos hombres del departamento de recursos naturales de Minnesota ayudaron a Burns y a Pam a rescatar a la pobre águila herida
Con paciencia y gran esfuerzo, el rescate fue todo un éxito
El águila fue llevada a Wildwoods Rehab, un lugar de rehabilitación para animales salvajes. Peggy Farr, miembro del consejo y rehabilitadora de Wildwoods, dijo que el águila era un macho adulto y que no se encontraba desnutrido. Su hombro estaba un poco hinchado pero no fracturado y sus plumas estaban congeladas y debían ser descongeladas cuanto antes.
Mientras que nadie sabe como se lastimó el águila, Farr tiene una teoría:
«Cacería de venados. Esta es la temporada donde la gente caza venados y eso provoca envenenamiento por plomo»
«El plomo es una neurotoxina que hace que los animales tengan problemas respiratorios, que se vuelvan torpes y con eso a aterrizar puede causar que se lastimen. También puede ser que les pegue un auto con más facilidad mientras buscan comida en la carretera», agregó.
De ahí el águila fue trasladada a The Raptor Center, en St Paul, que es un centro especializado en rehabilitación y atención médica de águilas, halcones y búhos.
El centro de rehabilitación confirmó que el águila tenía envenenamiento por plomo en una publicación en Facebook y también tenía lastimado un hombro. Explicaron que los animales se envenenan con plomo cuando comen carne restante del venado al que le dispararon.
Al dispararle al venado, cuando entra la bala, deja rastros de plomo por el cuerpo del venado. Al comerlo, el animal ingiere ese plomo que entra en su sistema circulatorio y comienza a causar daño. Por suerte, esta águila no estaba tan envenenada y en poco tiempo podrá ser liberada en su hábitat natural.
No cabe duda de que Kenia es una verdadera heroína. Sin ella no habrían encontrado al águila y de no ser así, lo más probable es que hubiera muerto congelada o devorada por un animal.
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