Sin importar su raza, un perro tiene el corazón más noble y puro, siendo capaz de demostrar grandes gestos de amor y entrega incondicional. Tal como demuestra día a día un gran peludo bullmastiff llamado Brutus.
Este perro ya tiene 5 años y siempre quiso tener un hermanito con quien compartir su juguete preferido
Brutus vive con su familia en California, Estados Unido. Es todo un destructor de juguetes, sencillamente no puede pasar más de diez minutos sin destruir lo que le rodea, a excepción de una pelota color amarillo que se ha convertido en su juguete y posesión más querida.
“Es el único juguete que no destruirá en cinco minutos”, señala la madre de Brutus.
Brutus siempre lleva la pelota amarilla consigo y su madre humana, Bonnie Michalek, cuida de él inmensamente, como su primer bebé. Hasta que un hermanito llegaría a la familia y sería el peludo el primero en intuirlo.
De la nada, Brutus comenzó a comportarse mucho más protector y amoroso con Bonnie. Se mantenía siempre a su lado y se rehusaba a no dormir con ella cuando su papá humano no estaba en casa.
Bonnie no sospechaba que dentro de sí estaba creciendo un bebé
Cuando finalmente Bonnie descubrió que estaba embarazada de su primer bebé no canino, de inmediato, supo que Brutus lo amaría, especialmente porque siempre se mostró amistoso con todos los niños que escuchaba jugar en la calle.
El nuevo bebé fue llamado Kayden y, antes de presentarlo con su hermanito mayor, Bonnie llevó a Brutus a casa de la abuela para que en su primera vez frente a frente todo saliera bien. Y, tal como esperaba, el amor entre los dos pequeños fue instantáneo.
“Dejé que Brutus entrara y se encontrara con el bebé. Brutus evitó por completo a mi esposo para conocer a Kayden. Inmediatamente quiso darle besos y acurrucarse junto a él”, narró la mujer.
Desde ese primer momento juntos, Brutus y Kayden se han hecho inseparables. El perrito sabe que es el hermano mayor y por eso, cada vez que lo escucha llorar, acude inmediatamente a su lado para intentar consolarlo.
Coloca su pelota amarilla cuidadosamente sobre el cuerpo de su hermanito para que deje de llorar
Con el objetivo de contener el llanto de su amado hermanito, Brutus no duda en entregarle su querida pelota amarilla, sorprendiendo a todos con ese gran gesto de bondad y amor.
“¡Él agarra su juguete favorito para llevarlo a Kayden para consolarlo!”, afirma Bonnie.
La inteligencia del peludito es impresionante. Dado que él encuentra consuelo en su pelota preferida, pensó que tendría el mismo efecto tranquilizante en su hermanito, especialmente en sus momentos de mayor desesperación.
El nacimiento de Kayden ha traído muchas enseñanzas y aprendizaje a su familia. Brutus no deja de cuidar de él y mimarlo con su pelota amarilla, mientras descubre que existen otra clase de juguetes diseñados para niños que también son muy divertidos y tienen colores deslumbrantes.
Entre sus nuevos pasatiempos preferidos, Brutus disfruta enormemente jugar con burbujas de jabón, acurrucarse en los osos de peluche de su hermanito y acompañarlo a vivir grandes aventuras, incluso si eso implica hacerse de muchas peras que caen de un árbol de la familia.
Kayden ya tiene 3 años y continúa descubriendo el mundo al lado de su mejor amigo de 4 patas que siempre estará a su lado para protegerlo de cualquier cosa y apoyarlo en todo momento.
Aman jugar juntos
No cabe duda, los perritos son la mejor compañía que puede existir en el mundo, sobre todo cuando de bebés y niños pequeños se trata.
¡Eres el mejor hermano, Brutus! ¡Sigue iluminando a tu familia y a todo el mundo con tus aventuras y ocurrencias!