Un perro callejero puede ser la criatura más noble y buena de todas, es triste pensar que muchos los maltratan infravalorándolos por su apariencia andrajos o su suciedad, pero ellos son verdaderos angelitos sin alas dispuestos a salvar a quien se cruce en su camino.
La lealtad es una cualidad que siempre sale a relucir al hablar de perritos, pero estas criaturas son mucho más que seres fieles a sus dueños. Los canes son como ángeles en la tierra, unos ángeles muy inteligentes y bondadosos, y si no lo crees sólo basta conocer la historia de un ciclista en Rumania.
Su nombre es Marion Ion, de 40 años, y vivió el momento más conmovedor de su vida.
Durante una ruta por el monte Semenic, Marion sufrió un pequeño accidente. El sujeto iba de regreso a casa cuando tropezó y cayó de su bicicleta, sufriendo una lesión que lo dejó tirado en el pavimento, retorciéndose del dolor.
Marion no se podía ni levantar y quedó tirado en medio de la oscuridad de la noche. Su única posibilidad de ser auxiliado era llamar a la línea de emergencias, tal como lo hizo, pero antes de que los paramédicos llegará apareció un ser caído del cielo.
Un perro callejero lo acompañó en todo momento.
Se trataba de un peludo que apareció de entre los arbustos y al ver al hombre en el suelo se acercó a cuidarlo. El can veía con tristeza a Marion como si sintiera pesar por su dolor y no quiso apartarse de su lado hasta que llegara la ayuda.
Por increíble que suene, ese perrito desconocido supo reconocer el problema en el que estaba metido el hombre y decidió no dejarlo solo.
El noble perrito se echó junto al ciclista e intentó abrigarlo.
Pero su compañía fue incluso más allá de esa espera, al llegar los paramédicos el can se notaba aún preocupado e intentó una hermosa hazaña como si conociera a Marion de toda la vida.
“Llegó la ambulancia y se subió conmigo. Estaba a mis pies, pero un oficial se lo llevó. La policía dijo que después de que se fue la ambulancia, él corrió tras ella”, relató Marión Ion.
El ciclista conmovido decidió bautizar al can como Squares pero mientras el sujeto se recuperaba de su cadera dislocada y su cuadro de hipotermia, la suerte del can cambió por completo.
Medios locales cubrieron la historia de este héroe en cuatro patas y el vicepresidente del consejo del condado de Caras-Severin decidió adoptarlo.
Su hermoso acto le valió al peludo el pase directo a un hogar y fue llamado Max.
De no haber sido por el perrito que procuró calentar al hombre, posiblemente su cuadro de hipotermia hubiese sido mucho más grave. Su hermoso corazón lo impulsó a salvar la vida de ese desconocido y su acto es reconocido por muchos.
“Fue su héroe, considerando que le hizo compañía y calentó a ese hombre. Yo dije que se merece más que ser abandonado en el bosque“, comentó Loredana Falca, de la asociación del centro canino de Resita.
Hace dos años de esa noche fría en la que Max ayudó a salvar la vida de Marión pero su historia tiene hoy más vigencia que nunca. Después de dos años en los que los casos de abandono animal se multiplicaron por la pandemia, seguro que vale la pena recordar la incondicionalidad y el gran amor que hay en estos peludos. ¡Ellos no merecen ser dejados de lado!
La emotiva historia de Max nos recuerda el gran corazón de estas criaturas, recuérdale a tus amigos que encontrar a un perrito es encontrar un tesoro.