Mikey nació en el condado de Middlesex, Nueva Jersey. Es un cachorro pitbull de nueve meses de edad que fue abandonado por su criador al presentar una rara enfermedad en sus patas traseras.
Fur Friends In Needs, una institución con más de dos décadas de trayectoria, conoció la historia de Mikey justo antes de que el cachorro fuese descartado por su dueño original, al ver que no podría sacarle el provecho deseado al perro.
Sus patas traseras retienen líquido y se deforman
Suzanne Cappetta, parte de Fur Friends In Needs, vio fotos de Mikey y notó la hinchazón en sus patas. Al principio ella pensó que se trataba de un esguince, torcedura o golpe, pero cuando tuvo la oportunidad de conocer al cachorro en persona, supo que era mucho más grave que eso.
Mikey tiene una enfermedad que hace que sus patas traseras acumulen una gran cantidad de líquido. De hecho, los expertos aseguran que el perro puede vivir menos tiempo a causa de este mal y que cualquier herida en sus extremidades posteriores, sería letal.
El problema fue causado por una «mala mezcla de razas»
Suzanne entendió que la enfermedad de Mikey había sido ocasionada por un caso de “bad breeding”, lo que podríamos traducir como una mala mezcla o un mal cruce genético, por parte de los criadores.
Algunas razas de perros y gatos que son desarrolladas con propósitos meramente comerciales, suelen presentar en ocasiones estos inconvenientes. La cruza de razas no compatibles o con ciertas características, puede dar origen a problemas de comportamiento, malformaciones o enfermedades degenerativas.
Mikey fue víctima del “negocio de mascotas”, no solo porque su salud fue comprometida, sino porque fue abandonado, al no poder ponerse en venta debido a su condición. Suzanne no le dio demasiadas esperanzas al cachorro, hasta que Michael Swan apareció en su vida.
Este hombre apareció en la vida de Mikey movido precisamente por ese detalle en su cuerpo que supuestamente le ocasionaría el rechazo de todo el mundo. Michael asegura que al ver sus fotos en Internet, conocer su historia y comprobar el estado de sus patas, sintió amor de inmediato.
Pensaron que no tendría oportunidades
Aunque su perro viva cinco o seis años, Michael está dispuesto a darle a su mascota la mejor vida posible, el tiempo que dure. Ahora Mikey se llama Sherman y es todo un luchador.
Tiene una familia maravillosa y Michael asegura que aunque sabe bastante bien los riesgos que se corren al sufrir una lesión en sus patas traseras, no quiere privarlo de que viva a plenitud como un perro feliz.
Pero encontró a alguien que decidió amarlo tal cual es
Michael va un poco más lento al dar paseos con Sherman, pues sabe que se cansa más rápido que cualquier otro cachorro de su edad debido a sus patas, pero fuera de esto y algunos otros peligros (como golpes o cortes), su enfermedad no lo limita para ser un perro normal.
Suzanne, que aún se muestra muy agradecida porque Sherman encontró muy pronto a una familia excepcional, no pierde las esperanzas:
«La gente a menudo se aleja de los perros con necesidades especiales, pero no siempre es lo que parece. En las manos correctas el amor puede hacer milagros».
No dudamos de que Sherman es muy afortunado.
Sherman es un perro feliz
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