Sophie es una adorable perrita que llegó a la vida de Debbie Haase Krueger, su dueña, para hacerla más dulce y divertida. La adoptó hace casi un año y desde entonces ambas son inseparables. Cuando Sophie llegó a su nuevo hogar era un poco tímida, casi todo le daba miedo, pero con el paso del tiempo fue ganando confianza y salió a relucir esa perrita dulce y cariñosa.
A Sophie le encanta lamer la cara de casi cualquier persona.
La dulce perrita casi siempre quiere estar cerca de alguien, ese mismo amor que tiene para dar lamentablemente le provocó un pequeño incidente. Hace casi un mes, cuando Sophie estaba a los pies de su dueña en la habitación decidieron salir, la madre de Krueger no se dio cuenta que la cola de la perrita estaba a medio camino hasta que fue demasiado tarde. Sophie solo dio un ladrido y siguió como si nada estuviera mal.
Pasaron algunos minutos para que la familia se diera cuenta que su cola estaba herida.
Como la herida era bastante delicada la llevaron al veterinario donde tuvieron que quedarse casi todo el día, le hicieron una pequeña intervención quirúrgica para agarrarle algunos puntos en la cola. A pesar de todo por lo que había pasado Sophie seguía siendo la perrita más dulce y cariñosa.
Después de 10 días de la intervención la colita de Sophie no sanaba.
Tuvieron que llevarla de nuevo al veterinario, después de revisarla el veterinario les comentó que debían hacer algo casi que imposible para que su colita sanará por completo. Sophie debía dejar de mover su cola. En vista de la sorprendente noticia, Krueger estaba dispuesta hacer lo que fuera necesario para para que la colita de su adorada perrita sanara.
Su veterinario sugirió buscarle unos pantalones especiales para la dulce Sophie.
La familia intentó con bóxer de niño pero su cola aún se movía, así que intentaron con leggings. Sin saber cómo reaccionaría Sophie a tan extraña idea, cuando le estaban poniendo las licras la perrita parecía entender el objetivo de estas y se mantuvo quieta. Krueger comenta:
«Durante unos 20 minutos se quedó allí. Ella finalmente caminó, pero me di cuenta de que era difícil para ella moverse, así que fue cuando los convertimos en capris y cortamos los agujeros para sus rodillas para que no restringiera su movimiento”.
Desde entonces, Sophie se ha acostumbrado a su nueva apariencia aunque en ocasiones la descubren intentado quitarse sus pantalones. En poco tiempo la llevarán al veterinario, con suerte sanará y Sophie estará feliz de mover su colita.
Sophie ha sido muy paciente, comparte la nota para que más personas conozcan el increíble estilo de esta dulce perrita.