¿Alguna vez has pensado en lo solo que puede sentirse tu perrito u otra mascota? Pues en esto no habían pensado los dueños de Harry, y el peludo les agradeció con una gran sonrisa una reforma en su casa que permitió que se sintiera muy acompañado.
Literalmente le abrieron una ventana al mundo al perrito que por fin podía disfrutar de lo que pasaba alrededor y saludar a los vecinos.
Este perrito es una especie de espía en el vecindario.
Su nombre es Harry, un caniche con una sonrisa peculiar que hace algunos meses descubrió cuál era su verdadera pasión y sus humanos han decidido apoyarlo.
Harry solía pasar sus días entre el interior de su casa y las tardes de sol en su patio trasero. Desde allí se paseaba curioso a lo largo de la cerca y ladraba inquieto al escuchar tantos ruidos extraños que no lograba identificar.
El peludo moría por descubrir qué había fuera de su patio.
Para su fortuna, un suceso inesperado le abrió la ventana a ese mundo desconocido. Después de una tormenta, la valla perimetral que custodiaba el patio quedó destruida y Alex Mcleish junto a su padre debieron cambiarla.
Los dueños del perrito no sabían lo que eso significaba para él, pues de la cerca con los maderos super juntos unos con otros, ahora los hombres instalaron un modelo que dejaba una pequeña abertura entre cada tablón.
La curiosidad seguía consumiendo a Harry.
Esos ligeros espacios interesaron tanto a Harry que después de eso el perrito no quería apartarse del patio. El pobre saciaba su curiosidad, pero también se vio ansioso por mirar más allá en los tramos en los que la cerca entorpecía la visual.
Cuando mi papá reconstruyó la cerca, había algunos espacios [entre los piquetes]. ¡Ahí fue cuando atrapé a Harry mirando por los huecos!«, dijo Alex Mcleish.
Por primera vez el perrito esta enganchado con algo y eso conmovió tanto a la familia que Alex y su papá pensaron en algo poco común, pero muy simpático para Harry. Se trataba de una ventanilla personalizada.
«Se lo sugerí a mi papá en broma después de que sorprendí a Harry pasando una buena cantidad de tiempo mirando por los huecos. ¡Me desperté el domingo por la mañana y mi papá se lo estaba preparando!», dijo Mcleish.
Apenas Harry salió al patio ese día de la remodelación, supo para qué servía ese agujero y además se mostró emocionado y agradecido con su familia.
El pequeño les sonrió con esa tímida curvatura de boca que tanto encanta a Alex, así que el hombre no perdió el tiempo y tomó algunas fotografías del perrito en su nuevo lugar favorito.
Todos estaban seguros de que a partir de ese momento, nadie sacaría a Harry de la valla.
El perrito puede pasar horas pegado a su ventana sin cansarse, lo mejor es que el asunto es bastante seguro para él.
«¡Harry sabía que era para él! Observó a mi papá cuando lo estaba haciendo como si estuviera esperando que terminara. Se sienta allí durante horas y solo entra cuando lo llamamos». Dijo Mcleish.
Aunque Harry no se habría quejado con la cerca sin la ventanilla, estas personas lo aman tanto que quisieron facilitarle el trabajo de espionaje y además hacerlo feliz. Ahora el caniche no se sentirá tan solo en casa cuando sus papitos estén ocupados.
«Definitivamente nos hace sonreír verlo entretenido observando pasar el mundo», dijo Mcleish.
Aunque luzca un poco curioso y hasta divertido, la cerca de los Mcleish tiene un pequeño agujero a la altura de los ojos de Harry. El perrito tiene ahora su propia ventanita hecha a su tamaño y nada le impedirá que satisfaga su inclinación por espiar a los vecinos.
El nuevo pasatiempo del perrito es observar y el de su familia verlo sonreír cada vez que descubre a un nuevo amigo o algo gracioso del mundo exterior.