Si existe un animal en el mundo capaz de brindar felicidad y compañía, es sin duda alguna, el perro. Por eso, no es casual que sea conocido y reconocido en todas las culturas del mundo como el mejor amigo del hombre.
Los perros, a diferencia de los humanos, no albergan malos sentimientos; aunque hayan recibido malos tratos, siempre buscan a otro a quien querer y que los quiera. No saben de rencores o venganzas.
De nuestra parte, a lo largo de la vida, parecemos haber olvidado que los amigos de cuatro patas son seres fascinante y son además nuestros grandes maestros; nos enseñan más que nadie a convivir, a confiar, a respetar a nuestros semejantes y lo único que piden a cambio es amor y cuidado.
Esta es la historia de Manchester United, un simpático Golden Retriever rescatado recientemente de las calles de Tailandia por un buen samaritano y fanático del fútbol, quien lo bautizó con ese nombre en honor a su figura deportiva favorita.
Manchester estuvo durante mucho tiempo dejado a su suerte, víctima de desnutrición y de malos tratos constantes por parte de gente inescrupulosa de la propia comunidad donde fue encontrado. Sin embargo, la nobleza de estos animales definitivamente se encuentra por encima de cualquier recuerdo funesto y se puso una vez más de manifiesto en un simpático vídeo donde ambos: perro y humano, aparecen disfrutando de la mutua compañía, expresando todo el amor que sienten el uno por el otro.
Pese a su triste pasado, este perrito nunca perdió las esperanzas de encontrar un amoroso hogar
Tras ser rescatado, el perro llegó a su nuevo hogar sin resentimientos, haciendo borrón y cuenta nueva a pesar de su dolorosa vida pasada.
Por el contrario, en la grabación puede verse al feliz y cachorro sentado cómodamente en una silla mientras disfruta de una merecida primera ducha con una expresión casi humana de absoluta satisfacción y relajación.
El pequeño estaba tan relajado y se sentía tan mimado que decidió cerrar sus pequeños ojitos para sentir el agua recorriendo su pelaje, incluso se encogió para que su nuevo humano pudiera lavar su espalda y cabeza.
El hombre lo lavaba con suma delicadeza, la misma que mereció toda su vida y de la que injustamente había sido privado.
Sin duda alguna, los animales nunca dejan de sorprendernos con su gran capacidad de amor, perdón y fidelidad. Lo mejor que podemos hacer es agradecer lo mucho que nos dan, llenándolos de mimos y de amor incondicional.
Comparte esta historia con tus seres queridos y recuerda: en todo el mundo hay millones de animales esperando tu compañía y amor. Ellos te lo devolverán multiplicado, de eso puedes estar seguro.