El mundo está lleno de personas que con sus acciones nos demuestran lo deshumanizados que pueden ser. Sólo basta con ver casos como el de William para darnos cuenta de todo el dolor que puede causar el ser humano.
William es un perrito de aproximadamente nueve años de edad que ha sufrido el peor de los tratos. Al verlo nos damos cuenta que estuvo sumergido en un terrible dolor por muchos años. Fue abandonado por su dueño cuando más lo necesitaba, perdió sus párpados, lo que era absolutamente devastador: no podía cerrar sus ojitos, ni dormir.
Ni una sola alma ayudaría a William porque «parecía un monstruo».
Afortunadamente, los voluntarios del grupo de rescate de Hope For Paws en Houston, Texas, tomaron la responsabilidad del perrito e hicieron lo humanamente posible por ofrecerle una mejor calidad de vida.
Su estado de salud era crítico, su frágil cuerpo estaba cubierto de sarna e infecciones cutáneas, esto ocasionó grandes ronchas en todo su pelaje haciendo lucir bastante diferente al resto de los perritos.
Por lo general, las personas tienen dificultades para mirar a un perrito como William.
Sin duda, necesita atención médica con urgencia. El perrito a pesar de todo lo que sufrió con su antiguo dueño aún era receptivo con las personas.
El indefenso William por fin estaba en las manos correctas, ahora le tocaba iniciar un largo camino de tratamientos. Su condición entristeció a todo el personal médico y voluntarios, ¿cómo alguien podía dejar que un perrito sufriera tanto?
Estaba completamente desnutrido.
La sarna afectó la totalidad de su cara, William no tenía párpados, habían sido carcomidos por la bacteria. El perrito estaba quedando parcialmente ciego. Debido a su condición era difícil encontrarle un hogar, todos quieren llevarse a casa un perrito sano, peludo y juguetón.
Pero William solo tenía amor para dar. Por suerte, una mujer supo de él y decidió acogerlo. A esta amable mujer no le importó cómo lucía, solo quería darle la oportunidad de sentirse amado.
El perrito también tiene una enfermedad autoinmune.
A pesar de todas sus dificultades, William merece una buena vida. Su nueva madre se encargará de darle toda la atención que merece.
El perrito tiene un largo tratamiento que incluye antibióticos y medicamentos tópicos para la piel. No será fácil pero estamos seguros que logrará salir adelante.
Su historia nos refleja que en las manos correctas y con amor todo es posible.
Cuando llegó al refugio el perrito parecía un pequeño bulto de huesos muy mal herido, solo pesaba un poco más de 1 kilo.
Fue necesario asignarle una dieta alta en carbohidratos comiendo pequeñas raciones varias veces al día para ayudarlo a ganar peso. Es posible que no haya disfrutado de un buen plato de comida desde hace años.
Ahora disfruta de las comodidades de un hogar y amor infinito de su madre.
El veterinario ha comentado que es posible transformar la cara de William y diseñarle “nuevos” párpados. Pero antes, es necesario mejorar por completo su salud.
Este adorable perrito nos demuestra que no debemos juzgar por la apariencia. Los perritos por muy diferentes que luzcan merecen ser amados. Amemos la esencia de los peluditos y no como lucen por fuera.
Todos los que han tenido contacto con este hermoso perrito han orado por su pronta recuperación. Tú también puedes ser parte de esta cadena de oración compartiendo esta historia en tus redes. ¡Ánimo William, saldrás adelante!