Hacer dieta nunca ha sido fácil, mucho menos para nuestros adorables perritos que una vez los acostumbras a llenarles el plato, no hay reversa para bajarle la porción. Aunque muchas veces nos resulta hermoso ver un perrito con algunos kilitos demás, la verdad es que para nuestros peluditos que sufren de sobrepeso esto les puede traer graves problemas de salud. Al igual que las personas, los animalitos tienen distintas formas corporales.
Si el peso corporal de un perrito sobrepasa el 20% se habla de obesidad canina.
Entre grandes y pequeños, delgados o gorditos, encontramos a Anacardo, un adorable bulldog francés que entra en nuestra última categoría. Cuando vemos a nuestro protagonista resulta inevitable no pensar en una gran mota de algodón, blanquita y pomposa, casi tan similar a un peluche que provoca abrazarlo todo el día.
La obesidad y el sobrepeso favorecen a las enfermedades articulares, respiratorias y la diabetes.
Sin embargo, detrás de esta ternura hay un descontrol de peso que ha preocupado a su dueña Jennah Michelle. Ella queriendo lo mejor para su perrito hizo algunos cambios en su alimentación, pero tal parece que esa idea no le gusta para nada a goloso Anacardo.
La falta de ejercicio y dieta inapropiada son algunos de los factores más relevantes.
El hermoso perrito ama comer, así que cada vez que lo llamaban para que disfrutara de un suculento aperitivo salía corriendo emocionado para disfrutar del plato lleno de comida. Anacardo ama el Cheerios y el queso, pero todas estas delicias se han transformado e incluso desaparecido para lograr que baje algunos kilos. Ahora su plato se encuentra vacío, esta acción parece disgustarle mucho al perrito y desde luego le ha hecho saber a su dueña el gran descontento.
Algunos propietarios interpretan el exceso de comida como forma de afecto.
Hace poco Michelle grabó un episodio de Cashew muy molesto porque tenía su plato vacío, el hermoso perrito ve tristemente su plato sin una golosina mientras su dueña le habla.
«Tu desayuno se ha ido, sigue adelante…Tendrás más está noche”.
Michell le habla fuera de cámara al perrito intentando explicarle que está a dieta porque está un poco gordito. La tristeza de Anacardo se transforma en gruñeria cuando Michelle le hace una cruel broma ofreciéndole un bocadillo pero luego le dice que es mejor un cubo de hielo. Desde luego que Anacardo formó su rabieta y dejó claro su descontento.
Entendemos la molestia del perrito pero sabemos que Michell está haciendo lo correcto por su salud. Hacer dieta no es para nada fácil, aunque para nadie es un secreto que de vez en cuando se puede pecar, quizá Michell se apiade y le dé un poco de queso para calmar tantos antojos.
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