Muchas razas de perro son estigmatizadas injustamente, siendo catalogadas como agresivas sin razón. En realidad, todos los animales tienen un corazón puro deseoso de dar y recibir mucho amor a los demás, sin importar cómo sea su apariencia.
Siempre fue el más lindo de todos
Lamentablemente, para un juguetón pastor alemán ser extremadamente lindo le impidió encajar en las fuerzas armadas de su país, de donde fue expulsado, terminando con el corazón roto por no ser lo que los demás esperaban de un perro como él.
Ozzie, un ex aspirante a perro policía fue despedido de la fuerza pública por ser “demasiado blando”, siendo un imponente pastor alemán. Era parte de una camada que nació y fue entrenada por el Servicio de Policía de Queensland, en 2018. Pero, a medida que avanzaba su entrenamiento, pronto se hizo evidente que el perro de 18 meses de edad simplemente no era lo suficientemente rudo para sumarse al equipo.
El pastor alemán no estaba interesado en perseguir criminales, por el contrario, le encanta perseguir pájaros mientras sus otros compañeros perrunos entrenaban. Jamás esperó que esa habilidad lo llevaría a encontrar un mejor trabajo que sí amara. Su nuevo trabajo es perseguir pájaros en el aeropuerto de Brisbane, Australia.
Ozzie ahora vive y trabaja con su entrenador Jackson Ring, quien se percató de las habilidades del perrito y decidió canalizarlas de la mejor forma, para el bienestar de los demás.
“Ozzie no tenía los rasgos necesarios de un perro policía, pero es perfecto para lo que queremos, que es introducir un depredador en el medio ambiente del aeropuerto”, señaló Jackson.
El nuevo rol de Ozzie es ahuyentar a las aves de las áreas altamente frecuentadas del aeropuerto, en un intento por reducir la posibilidad de que se atasquen dentro de los motores de los aviones.
Ahora las aves están demasiado asustadas para acercarse a los aviones, lo que a su vez hace que el despegue y el aterrizaje sean mucho más seguros, tanto para las personas a bordo como para las aves.
“Sus prioridades en la vida son su pelota, respirar y todo lo demás debajo de eso. Sin embargo, es perfecto para nosotros debido a su amor por las pelotas. Sale y está muy feliz de correr. Tiene tanta energía. Hará lo que queramos, siempre que pueda volver y jugar con su pelota”, afirma su entrenador.
El trabajo de Ozzie implica mucho ejercicio, pero en días tranquilos lo llevan fuera del aeropuerto a parques, donde también puede perseguir pájaros y practicar simulacros. Sin duda, ha demostrado que todos somos buenos en algo.
“Lo amo y el equipo lo ama. Es el mayor estímulo moral en el mundo. Sus deberes en el aeródromo y su entrenamiento es una cosa, pero otro beneficio de tener un perro es que es un compañero increíble. Hemos formado un vínculo increíble. Todos lo aman”, señaló su humano.
Si bien no siempre podemos cumplir con lo que los demás esperan de nosotros, Ozzie es la mejor prueba de que todos somos especiales y merecemos ser tratados con dignidad y respeto, más allá de nuestra apariencia física o personalidad.
No te vayas sin compartir esta inspiradora historia con todos tus amigos y nunca dejes de amar a los animales.