Son muchas las personas que hacen uso de los autoservicios de Starbucks, para degustar de sus exquisitos cafés y combinaciones de bebidas. Pero nuestros peluditos también merecen ser consentidos. Como un perrito que dejó perplejo a muchos en la fila, esperando su servicio para devorarlo.
Stefanie Papasoff ama las bebidas de Starbucks, un día estaba preparándose para esperar su turno en la fila, y se dio cuenta de que el auto que estaba delante del suyo llevaba a alguien súper emocionado de estar en ese sitio.
El animalito se asomó por la ventana del conductor ansioso y llamó la atención de Papasoff
Se trataba de un perrito que asomaba la cabeza por la ventanilla a cada rato. Parecía que esperaba ansioso algo, que ya conocía y sabía que vendría. Los ojos del animalito no podían ocultar la emoción. Stefanie estaba intrigada por saber de qué se trataba; así que mientras esperaba, no apartó su mirada del auto delantero.
«Tenía la cabeza fuera de la ventana todo el tiempo, observando atentamente lo que sucedería después de la ventana de acceso», dijo la curiosa Stefanie.
De repente la ventana donde entregan los productos a los clientes se abrió, y apareció el barista con un delicioso Puppuccino para el perrito. Si el can estaba emocionado antes, ahora su alegría fue indescriptible, sencillamente estaba feliz.
«Lo lamió todo, simplemente se volvió loco», dijo la observadora mujer.
Pero no solo el animal estaba contento, el barista también reflejaba mucha felicidad en su rostro, al sentir que estaba dándole un momento de alegría al perrito. Aunque el Puppuccino no está incluido en el listado de los productos que ofrece el negocio, el personal que atiende sabe de qué se trata cuando los clientes lo piden para sus perros.
El Puppuccino es solamente crema batida mezclada con crema espesa y jarabe de vainilla, en una taza pequeña que les encanta a los canes. Stefanie siguió atenta a lo que ocurría, y se dio cuenta que los que iban en el vehículo no pidieron nada más.
«La mejor parte fue que, al parecer, el Puppuccino fue lo único que ordenó todo el automóvil. Vi que no recibían otras bebidas o comida, solo Puppuccino«, comentó la extrañada mujer.
Los humanos del adorable y goloso animalito, condujeron hasta el local e hicieron su respectiva fila, solamente para darle el gusto a su perro. ¡Eso si es consentir muy bien a su mascota!
Cuando ya el perrito se acabó de comer el regalo que le dio el alegre barista, Stefanie adelantó para tomar su bebida pues ya era su turno.La mujer no dejaba de sonreír recordando la agradable escena. Y no se contuvo y le preguntó al barista sobre lo ocurrido.
«El barista estaba abrumado de alegría. Después les pregunté sobre eso y me dijo que era la mejor parte de su trabajo«, agregó la risueña Stefanie.
Así que cuando vayas a tomar algo en Starbucks, llévate a tu perrito, y pide un Puppuccino para él.
Comparte esta divertida historia con todos tus amigos y conocidos. Y no olvides consentir a tu mascota.